
lunes, 20 de octubre de 2014
El umbral de la filera
“Es hora”, dice el maistro, y acto seguido, como ritual mecanizado, Conejo comienza a guardar cucharas, carretilla y demás instrumentos de trabajo; después se dirige hacia el tambo, de donde extrae un balde con agua y comienza a lavarse, untándose el jabón que el Guaymas le echa sobre la mano. Paulatinamente, sus tatuajes comienzan a aparecer entre los restos de cal y cemento que se diluyen con el agua.
— ¡Sabadito alegre! —grita el Chispiro, que ya trae las cervezas, y ahí mismo hacen la fogata y ponen sobre el asador la carne, tripitas y cebollas.
—Al rato nos vemos —dice el Conejo—, me voy porque le dije a mi jaina que la iba a llevar a ver una muvi.
— ¡No mames, Conejo! —le increpa el Guaymas—, ya cálmala con la leona, te trae bien zurumato y cacheteando el pavimento, pinchi mandilón.
Después de las peripecias ritualizadas del viaje en camión, Conejo se agasaja con su baño de jicarazo; luego se pone las garras de salir, las lucidoras, las del estilo, las quemadoras; garras acá, firmes. Minutos después se contempla frente al espejo; da una última pasada a sus zapatos con el trapo de franela que lleva en la bolsa, se faja a filera y, bien tumbado, sale a buscar a la Lety.
— ¿Quiúbo, mija, ya está lista?
—Ya casi, se me hizo tarde porque le ayudé a mi jefa con el jale de los tamales; pero aguanta, que de votada me alineo.
— ¿Sabes qué, mija? Mejor al rato regreso, voy a caerle un ratillo a tripear en la esquina y retacho en corto,
A un lado de la tienda de abarrotes, Conejo encuentra a sus homies; sus meros brothers en las buenas y en las malas, quienes como todos los fines de semana se esmeran en el turiqueo y el cuidado del terre.
— ¡Ésele, pinchi Conejo!, ¿qué onda, dónde te habías metido? Ya hasta creíamos que te habían quinceado o que te habías descontado a Los Ángeles. Pinchi amor te pegó recabrón, güey.
Conejo se acerca contoneándose y, mientras saluda a sus amigos, dice despacio, como disculpándose: “Acabo de salir de camellar y neta que la carrilla está machín, pero tengo que alivianar el cantón y, como la flecha es derecha, me cae que ultimora y hasta me arrano.
— ¡Hazte a un lado, güey, que esa pendejada se pega!
— ¡Órale, pinchi Conejo, mejor llégale a la quigua! —y le pasan una cerveza, que él empina hasta el fondo.
— ¡Órale, ése, ahí te llevo con la sed; pareces camello, güey!
—Cálmese, Luisillo, no me deje abajo, que usté es mi mero brother; o qué, ¿no somos carnales desde morrillos y nos hemos hecho paros en guato de broncas y nos esquineamos en los bonos y las quinceadas?
Luisillo y Conejo se abrazan y empinan las caguamas hasta el fondo. Después afloran los inevitables recuerdos: “¿Te acuerdas cuando me hiciste el paro con los de la Líber?”. “Pues claro, ése, ahí fue donde le apagaron el ojo al Monky”. “¿Te acuerdas cuando nos carrucharon en el bono de la Piri?”...
Y así se van introduciendo en el juego cotidiano de tejer recuerdos, a pesar de que la suya es una amistad alimentada del presente, de hazañas extraordinarias, desplantes certeros, venganzas honorables, aracles y torcidas.
Las cervezas son inagotables, como las bromas o los alardes de fuerza y osadía enmarcados por las risas que llegan hasta los límites territoriales controlados por el barrio. Cuando el Conejo ve su reloj ya son las nueve y media.
— ¡En la madre!, ya se me armó con mi ruca.
—No me vayas a dejar abajo, Conejo correlón —dice el Luisito— Desde que andas de caliente ya no la rolas como antes; se me hace que eres puro mandilón.
—Está bueno, ya párale, Luisillo; me voy a quedar otro rato pa que veas que soy firmes, pero conste que se me va armar con mi jaina.
Horas después el grupo continúa en la esquina, bromeando y tomando; los ojos rojos y las palabras arrastradas denotan los estragos de las interminables caguamas, que circulan entre carrilla o halagos al buen placazo del barrio; a sus aventuras, su invencibilidad, sus épicos desmadres.
Conejo y Luisillo enfatizan sus papeles protagónicos frente al grupo, pues ante propios y extraños, en los paros y las broncas, son reconocidos como los mejores del barrio.
En medio de hazañas reales e inventadas, aparece la pregunta inevitable, lanzada por el Juanillo desde su inamovible posición:
“¿Quién es mejor de los dos para los trompos?”, y las opiniones se dividen.
Conejo y Luisillo los escuchan divertidos, abrazándose y haciendo fintas de boxeo. Ante la insistencia de los amigos, Luisillo dice al Conejo con sonrisa de complicidad: “¿Qué onda hommie, nos damos un tiro acá, de compas, para que estos güeyes dejen de estar chingando?”
Al Conejo le entusiasma la idea, así que se abren y comienzan a danzar, marcándose golpes y paladas; pero luego, ya en calor, el tiro se va poniendo más bravo y los puñetazos suenan secos, aunque ellos, indoblegables, no dejan de sonreír y fanfarronear. Paulatinamente, la risa se va desdibujando sin que ellos dejen de pelear, haciendo gala de fuerza y agilidad. Caen al suelo y ahí continúan forcejeando hasta que los separan, pero se levantan y reinician la lucha. Los golpes comienzan a llegar con coraje, pero ya no escuchan las voces que tratan de separarlos. La sangre mancha sus ropas y sus gestos se endurecen. Repentinamente, en un movimiento preciso e imperceptible sólo denunciado por el clic seco que corta la noche, Luisillo saca a filera que lleva fajada y casi al instante truena también la filera del Conejo
Los navajazos rasgan el aire, pero ellos los esquivan con la agilidad animal que han desarrollado en tantas broncas vividas. A Conejo le comienzan a faltar el aire y los reflejos; siente que su condición física privilegiada empieza a fallarle, que el cansancio acumulado del trabajo intenta vencerlo, y no es lo suficientemente rápido para esquivar el cuchillo que entra en su pecho y le llega profundo, como el silencio repentino del barrio.
Luisillo tarda varios segundos en reaccionar; después se abalanza sobre el Conejo y, mientras lo abraza, le grita con voz tierna y llorosa: “! Levántate, Conejo! ¡No me dejes abajo! ¡Guacha, ahí viene la Lety! Levántate, carnal!”
Valenzuela Arce, José Manuel. El umbral de la filera. ICBC, Mexicali, 1993.
lunes, 9 de marzo de 2009
Las lenguas romances
Las lenguas romances derivaron de una protolengua: el latín, lengua indoeuropea del grupo itálico que comenzó a hablarse en el Lacio, región del centro de Italia. El denominado “latín vulgar” fue el que sentó las bases para crear una gran familia lingüística, pues era el hablado en el Imperio Romano. Se difundió, pues, conforme las legiones romanas conquistaban nuevos territorios. Así impusieron esta lengua para llevar a cabo principalmente las funciones administrativas. El “latín vulgar” logró mantener cierta uniformidad, pero con el paso del tiempo dicha rama fue variando de región a región. Al sobrevenir el fin del dominio romano, el latín se transformó hasta dar origen a las lenguas romances.
El “latín vulgar” era diferente del “latín culto”: el segundo se utilizaba principalmente para escribir. De hecho, es la lengua con la que se hicieron aquellos textos que hoy en día conocemos como “clásicos”. Además, era hablado sólo por los miembros de los estratos sociales más altos; en cuanto a su forma y estructura, era rígida y cerrada al cambio. Por su parte, el “ latín vulgar” o “discurso plebeyo” tuvo, por decirlo de algún modo, un proceso de desarrollo más libre. Era la lengua del pueblo, de los comerciantes y de los soldados.
La ramificación del “latín vulgar” en las diferentes lenguas romances se dio en un proceso continuo, en el que no se han podido trazar líneas divisorias precisas. Entre las lenguas romances podemos mencionar el italiano, el portugués, el francés, el rumano, el sardo y el español. El italiano es el sistema que ha sido más fiel al latín; mientras que los otros, por su lugar de origen y situación geográfica, a través del tiempo han recibido influencia de familias lingüísticas como la germana, eslava, árabe y, en el caso de América, de diversas lenguas indígenas. Lingüísticamente, al escuchar cómo se expresan hablantes de diversas lenguas romances, resulta obvio —a pesar de las diferencias— que provienen de la misma protolengua.
Las lenguas romances se clasifican en nueve grupos, y cada uno puede a su vez comprender varios dialectos:
Lenguas iberorromances
- Castellano: conocido también como español. Es oficial en gran parte de España y Latinoamérica. Tiene poca variedad dialectal y se muestra como una lengua muy conservadora, en el sentido de que no ha tenido cambios significativos a través del tiempo o de región a región.
- Portugués: lengua oficial de Portugal y de Brasil, posee menos dialectos diferenciados y es más conservador que el castellano.
- Gallego: lengua cooficial en Galicia, España; proviene del portugués medieval.
- Asturiano: lengua cooficial del Principado de Asturias, España; es utilizada también en otras regiones de aquel país, como León.
Italiano
Tiene más de doscientos dialectos y uno de ellos, el toscano florentino, es la base de la lengua oficial en Italia.
Lengua dalmática
Lengua muerta utilizada en algunas ciudades costeras de Dalmacia —hoy Croacia.
Lenguas galorromances
- Francés: lengua oficial en Francia y cooficial en Bélgica, Suiza y Canadá. Tiene una gran variedad dialectal.
- Valón: lengua hablada en Bélgica, donde es considerada lengua regional.
- Picardo: utilizada en algunas regiones de Francia y Bélgica, donde también se considera lengua regional.
Lenguas francoprovenzales
Conjunto de lenguas en vías de extinción, utilizadas en algunas regiones de Italia, Suiza y Francia.
Lenguas occitanorromances
- Catalán: lengua cooficial en la comunidad autónoma de Cataluña y en Murcia, también en España, donde no es oficial. En Andorra es lengua oficial y también se utiliza en algunos lugares de Francia. Tiene gran variedad dialectal.
- Occitano: Término utilizado para agrupar un conjunto de dialectos denominados “oc". Fue muy utilizado en algunas regiones de España y Francia en la Edad Media.
Lenguas retorromances
- Romanches: se componen por cinco dialectos —sursilvano, sutsilvano, surmirano, puter y vallader— utilizados principalmente en algunas regiones de Suiza.
- Interromanche: lengua franco romanche utilizada en Suiza para dar unidad a veinte dialectos. Es oficial en la región de los Grisones.
- Ladinos: dialectos considerados lengua regional en la zona italiana de Dolomitas.
- Friulano: dialecto hablado en la provincia italiana de Údine donde se considera lengua regional.
Rumano
Lengua hablada en la antigua provincia romana conocida como Dacia, que fue separada de Rumania. Oficial de Rumania y Moldavia, y cooficial en algunas regiones de Serbia y Montenegro. Es una lengua conservadora de la que derivan seis dialectos: moldavo, valaco, transilvano, istrio-rumano (en vías de extinción), megledo-rumano y macedo-rumano, hablado en lugares como Albania, Serbia, Macedonia y Grecia.
Sardo
Es una de las lenguas romances más conservadoras, lo que explica su aislamiento geográfico, ya que es hablado únicamente en Cerdeña. Se diversifica en tres dialectos principales: campidaniano, logudoriano —considerado lengua clásica— y nuorés.
Fuente:
• López García, Ángel: Fundamentos genéticos del lenguaje . Madrid, España, Cátedra. 2002.
Obtenido el 9 de marzo de 2009 de: http://sepiensa.org.mx/contenidos/2005/lenguaRomance/lengRom_1.htmEl español: ¿una lengua viva?
El español, derivado del latín —como muchas otras lenguas—, fue conocido en un primer momento sólo como “castellano” porque surgió en el reino de Castilla. Con el pasar del tiempo y el descubrimiento de América, el castellano se extendió por Europa y el “nuevo continente” hasta convertirse en una de las más importantes del mundo; más de trescientos millones de personas la practican día con día: leen, escriben, hablan, piensan y se comunican con ella. Es la tercera lengua con más hablantes en el mundo. Se ubica después del chino, con mil millones, y del inglés, con cuatrocientos.
Hoy en día es un idioma hablado en España y diversos países de América, que, a pesar de sus variantes, se mantiene en una línea. Esto sucede porque existe algo a lo que se ha llamado “norma culta” —código común a todos los hablantes—; es decir una serie de reglas que se han creado con el pasar del tiempo para proteger un mismo modelo de lengua.
Obtenido el 9 de marzo de 2009 de: http://sepiensa.org.mx/contenidos/2005/espa_lengViva/espLenViva_1.htm
La Real Academia Española, fundada en 1713, ha sido el organismo unificador por excelencia de nuestra lengua, sobre todo en lo que toca a los aspectos ortográficos y léxicos; a partir del siglo XIX, la Academia comenzó a trabajar en conjunto con las constituidas en los países hispanohablantes de América; así han creado un frente común para mantener y defender la unidad del español, con base en la norma culta que ya mencionamos.
Pero, ¿cómo trabajan? Los académicos se reúnen una vez por semana en la sede de Madrid, en España. En esas reuniones acuerdan el curso de la lengua, la inclusión o exclusión de nuevas palabras, así como sus significados y definiciones. Cabe aclarar que no son ellos los que elaboran las propuestas o los que imponen formas y patrones, sino al contrario: rastrean el uso de palabras para decidir si son aptas para ser incluidas o aceptadas oficialmente en el gran abanico del español.
Así ha sucedido con palabras muy usadas en México como “chido”, algo que los académicos definieron como “bonito, lindo o muy bueno”; “cantinflear”, palabra que surgió del personaje de Cantinflas y que significa “hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada”; “chale”, que según la Academia significa “persona, residente en México, originaria de China, descendiente de chinos o con rasgos orientales”; “chorcha: reunión de amigos que se juntan para charlar” y otras derivadas de las lenguas indígenas como huipil, tepache, huarache, tlacuache, etcétera... De seguir, los ejemplos nunca llegarían a su fin.
En realidad la Academia no dicta, sino que da fe de las palabras más utilizadas en los países de habla hispana y, por decirlo de algún modo, las oficializa para incluirlas en su diccionario, que es, sin lugar a dudas, el más conocido y consultado de nuestra lengua. Hasta hoy se ha reeditado 21 veces desde 1739. El diccionario entonces no hace las propuestas sino que plasma lo que el uso —es decir los hablantes— ha establecido.
Con la explicación anterior no vaya a pensar que agregar palabras es una tarea fácil. Por el contrario: el proceso para que una palabra sea aceptada es largo y comienza cuando la Real Academia Española recibe la sugerencia; posteriormente la palabra en sí se remite al Instituto de Lexicografía, donde es estudiada; de ahí surge la primera propuesta de ortografía y significado en forma, misma que se turna a alguna de las dos comisiones de la Academia, según su naturaleza: humanidades o ciencias y técnica, donde un grupo de investigadores analiza el vocablo y lo dictamina antes de enviarlo a una Comisión Delegada del Pleno de los académicos.
Pero, ¿quiénes son los académicos? Personas que han destacado en la creación literaria, especialistas en las cuestiones formales de la lengua y personajes que no son literatos, lingüistas ni filólogos, pero que han destacado en otros ámbitos profesionales y tienen interés en las formas del idioma. Ser parte de la Academia tampoco es sencillo: para empezar, el candidato necesita ser propuesto por tres académicos y posteriormente elegido en una votación plenaria.
Ya que se logran consensos en la sede de Madrid sobre las palabras a incluir y excluir en cada nueva edición o enmienda al diccionario, el bloque de propuestas se envía a las academias latinoamericanas, donde se estudian las palabras, se analizan los significados que les fueron dados y se realizan las observaciones que los académicos de cada región consideran pertinentes; después el bloque regresa a la sede principal de la lengua y hasta entonces se puede decir que la enmienda fue autorizada. El proceso dura aproximadamente seis meses.
Como en todos los campos humanos, las palabras —en tanto sirven como instrumentos de comunicación para los individuos— no pueden permanecer al margen de la polémica. Eso sucedió por ejemplo con una palabra repetida de forma oral y escrita millones de veces a través de todos los medios antes de lograr definirla: globalización. De acuerdo con los anales de la Academia para lograr el significado (“ tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales”), se necesitaron más de diez sesiones plenarias para que los académicos acordaran una definición debido a la carga ideológica implícita en el vocablo.
Para terminar, una frase de Vidal Lamiquiz: “La tarea esencial del lingüista es describir el modo de hablar de la gente y no prescribir cómo debe hablar. En otras palabras, la lingüística es descriptiva pero no prescriptiva”. *
Bibliografía:
• Alarcos Llorach, Emilio: Gramática de la lengua española. Madrid, Espasa-Calpe, 1994.
• Lamiquiz, Vidal: Lengua española. Método y estructuras lingüísticas. Barcelona, Ariel Lingüística, 1989.
* Lamiquiz, Vidal: Lengua española. Método y estructuras lingüística. Barcelona, Ariel Lingüística, 1989.
Champurrado de lenguas

Un lenguaje es el idioma hablado por un pueblo o nación. Es el medio con el que expresamos el hablar cotidiano, ya sea en la familia, en la escuela, en el trabajo o en cualquier otro ámbito. En el México prehispánico se hablaban diversas lenguas indígenas; muchas de ellas subsisten pero actualmente predomina el uso del español, que contiene una gran variedad de vocablos de diversos orígenes. Algunos de ellos proceden de idiomas fuera de uso, pero que en su época representaron la forma más común de comunicación entre los hombres y las mujeres de algún lugar o país.
Nuestro lenguaje diario tiene su origen más antiguo en el idioma indoeuropeo, uno de los más remotos en el tiempo y que, como su nombre lo indica, se considera que fue utilizado en una extensa zona que abarca desde el continente europeo hasta el subcontinente indio.
El indoeuropeo, hablado quizá hace más de cinco mil años, es la lengua madre, o mejor dicho, abuela de la mayoría de los idiomas conocidos a través de la historia; como el griego y el latín, mismos que a su vez dieron lugar a la conformación de las lenguas modernas que se hablan en las naciones contemporáneas ubicadas en la zona indicada: Italia, Rusia, Francia, España, Inglaterra, Portugal y Alemania, entre muchas más.
Formas de influencia entre los idiomas
A pesar de la riqueza de las lenguas conocidas comúnmente, éstas se encuentran en constante evolución; para ello siguen diferentes mecanismos.
1) A través de los intercambios entre las naciones -sean culturales, comerciales o de cualquier otra índole- los idiomas correspondientes reciben influencias recíprocas. Este fenómeno es posible observarlo en las zonas limítrofes de los países, ya que al haber comunicación cotidiana entre las poblaciones vecinas se van adaptando, aunque con ciertas modificaciones, las palabras usadas en el otro idioma. Un ejemplo muy claro lo tenemos en la franja fronteriza del norte de nuestro país, donde se ha desarrollado un léxico que se compone de la derivación de términos tanto del español como del inglés. A este vocabulario la gente que lo usa le llama spanglish; por ejemplo: vaso, en español, se dice glass en inglés, y para expresarlo en spanglish se dice glasso. Este es un ejemplo de las influencias actuales. Hoy en día, para quienes no usamos esos vocablos, estas "deformaciones" nos pueden parecer raras, divertidas, o quizá hasta aberrantes; pero probablemente con el correr del tiempo dejen de sonar extrañas y sean adoptadas oficialmente por las correspondientes Academias de la Lengua.
2) En ocasiones las palabras adoptadas por un idioma conservan la forma original de escribirse, debido principalmente a que no se tiene un vocablo y quizá ni siquiera un concepto que defina lo que ya está vigente en otro lugar. Esto se puede observar claramente dentro del vocabulario usado en el medio de la computación: la palabra Internet, formada de las palabras inglesas international y net -internacional y red, en nuestro idioma-, tiene el mismo significado que en español; tal vez si el concepto hubiera surgido en un país donde se hablara el castellano, podría haberse llamado "interred".
3) Existe otra situación en la que una palabra es adoptada y modificada por otro idioma. Esto es frecuente cuando la palabra en cuestión proviene de algún nombre propio, por ejemplo: el nombre en inglés de la unidad de capacidad eléctrica es farad -proveniente de Faraday, físico inglés-; sin embargo, la palabra castellanizada y utilizada en nuestra lengua es "faradio".
Nuestro hablar
El español debe su integración principalmente a los siguientes idiomas:
1) Al latín, lengua usada durante el Imperio Romano que fue llevada a España hace más de dos mil años. Por ejemplo: bisiesto (de bisextus), cúmulo (de cúmulus) y llamar (de clamare).
2) Al griego, ya que la Civilización Helénica tuvo gran influencia en los países mediterráneos antes de que fueran conquistados por los romanos; que su lenguaje contenía muchas palabras de origen griego. Por ejemplo: biblioteca (de biblíon y theke), democracia (de demokratía) y cínico (de kynicós).
3) Al árabe, que gracias a la conquista y al dominio que ejercieron los musulmanes sobre España desde el siglo VIII hasta el XV, su lengua dejó en el castellano muchos de sus vocablos. Por ejemplo: almohada (de almuhadda), hasta (de hatta) y ojalá (de wa-sa Alláh).
4) Desde luego que en México nuestro hablar está impregnado enormemente por palabras con orígenes en lenguas prehispánicas habladas en el territorio nacional. Destaca el náhuatl -también denominado mexicano por quienes lo hablan-. Por ejemplo: petaca (de petlalcalli), mitote (de mitotiqui) y aguacate (de ahuácatl).
Galicismos
La lengua francesa ha influido considerablemente en el español: en su sintaxis y sobre todo en el vocabulario. Hubo principalmente dos etapas en las que se intensificó dicha influencia: durante la Edad Media, entre los siglos XI al XIII, y más adelante, en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando se instaura en España la Casa Real Francesa de los Borbones, hecho que coincide con la preponderancia de la cultura y literatura francesas entre los Ilustrados de dicho siglo.
Es en esta última etapa cuando al español se incorporan numerosos vocablos franceses que ya castellanizados son ahora de uso común: en la vivienda y el mobiliario: chalé (de chalet), sofá (de sofa), neceser (de necessaire); en la moda: chaqueta o jaqué (de jaquette), pantalón (de pantalon), corsé (de corset); en el campo de la política: parlamento (de parlement), debate (de débat), departamento (de département), gubernamental (de gouvernemental); y en la economía: finanzas (de finances), aval (de aval), bolsa (de bourse), cotizar (de cotiser).
Otras palabras provenientes del francés y de uso común en el español son: jardín (de jardin), jaula (de jaole), joya (de joie), parque (de parc), taxímetro (de taximètre), bulevar (de boulevard), buqué (de bouquet), volován (de vol au vent), cincel (de ciseau), burocracia (de bureau, oficina, y krat, gobierno en griego, influencia excesiva de los empleados públicos en el gobierno).
En algunos casos el origen de alguna palabra puede resultar curioso, como "restaurante", de restaurant, del verbo restaurer en francés y "restaurar" en español. Se cree que la primera vez que se usó la palabra restaurant para significar un establecimiento donde se sirve de comer, fue en París en el siglo XVIII, y se usó esa palabra con la intención de dar a entender que allí había comida especial que "restauraba" la salud de quienes padecían de una mala digestión y que tenían que tomar solamente cierto tipo de alimentos. Puede suponerse que tal restaurant resultó un buen negocio ya que abundan los restaurantes en la actualidad.
Bibliografía
Cabrera, Luis: Diccionario de aztequismos, Ediciones Oasis, México, 1980
Enciclopedia Salvat, Salvat Editores, Barcelona, 1971
Estébanez Calderón, Demetrio: Diccionario de términos literarios, filología y lingüística. Alianza Editorial, Madrid, 1999
Moliner, María: Diccionario de uso del español, Editorial Gredos, Madrid, 1991
Rey, Alain, Le Robert micro: Dictionnaire de la langue française, Dicorobert Inc., Montreal, 1998
Obtenido el 9 de marzo de 2009 de: http://sepiensa.org.mx/contenidos/l_champu/champu1.htm
sábado, 7 de febrero de 2009
FUNDEU BBVA: Los 'stocks' son 'existencias'

Defensa de una tradición ''ante la modernidad depredadora''
Presentaron Jerga y modismos de Guerrero, México, diccionario de Salomón García
- El autor, luchador social que busca conservar habla y saberes, definió Luis Hernández Navarro
- La obra muestra el arte de poner la oralidad por escrito, expresó la etnóloga Françoise Neff
El autor de este exhaustivo retrato ''de la tierra de Rubén Jaramillo y Lucio Cabañas, de un territorio clave en la formación de nuestra historia", es médico de profesión y ahora una suerte de ''buscador de tradiciones, un luchador social que terminó escribiendo esta obra porque como parte de una generación no pudo hacer la revolución", destacó Luis Hernández Navarro durante la presentación del libro, efectuada la noche del jueves en el Club de Periodistas, ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de México.
Uno de los valores del diccionario, agregó el periodista y coordinador de Opinión de La Jornada, es que ilustra cuál es el concepto de salud y enfermedad entre los habitantes de diversas regiones de Guerrero: ''Durante su recorrido por las comunidades, Salomón encontró conceptos y enfermedades que no se contemplan en la medicina moderna.
''En el libro detalla no solamente el mal, sino como éste se contextualiza en la medicina tradicional y cuál es la cura. Se trata de una cosmovisión campesina de estos saberes.
''Para incluir esos conceptos en su diccionario, definiéndolos como una práctica médica y criticando de manera seria la charlatanería, el autor se guió por el criterio de la mejoría, es decir, que la terapia citada brindara mejoría al paciente."
Enorme afecto por la naturaleza
Aquí un par de ejemplos: Garrotillo, afección de la cabeza, inflamación de ganglios en el cuello, acalenturarse y sentir dolores en el cuerpo. Las causas comunes se refieren a absurdos o indisciplinas como: asolearse con el pelo mojado, insolación, dormirse con el cabello húmedo, hacer corajes, o irritado el cuerpo salir al aire frío, etcétera. Los curanderos explican que se trata de aire caliente enquistado debajo del cuero cabelludo. El garrotillo se puede pasmar. Es decir, convertirse en infección en la garganta. Nota: Los perros también padecen garrotillo. Y sanan, colocándoles un collar de limones.
Padrejón, se trata de un gran encajamiento (tipo hernia abdominal) de las vísceras hacia la cavidad pélvica; padecimiento doloroso lumbar propio de los hombres. Una forma de curar el padrejón es: colgar al enfermo de los pies y golpear la correa. En el caso de la mujer, este tipo de descompostura no es padrejón; ella, más bien, se enmadra.
Salomón García busca conservar el habla y los saberes de Guerrero, que al fin y al cabo, son también de México, ''ante el avance de una modernidad depredadora", continuó Hernández Navarro al explicar que este diccionario refleja ''un enorme cariño por la naturaleza. Es una contribución a la cultura universal".
Palabras-vida, intensa relación
En su turno, la etnóloga Françoise Neff elogió la intensa relación de las palabras con la vida que se percibe en Jerga y modismos de Guerrero, México (La Jornada, 15 de febrero de 2006), un diccionario ''que se lee como una novela, pues nos va llevando por veredas, nos hace sentir el placer de perdernos, pero sobre todo muestra el arte de poner la oralidad por escrito.
''Esta obra es una herencia, como una cosecha de palabras-semillas para compartir con todo el mundo. Muestra una lengua no como norma, sin censura, como se habla realmente. Deja constancia del gusto por el habla. Es, en resumen, un diccionario de la creatividad."
Antes de concluir la velada, que fue amenizada por un par de chilenas, el autor presentó algunas de las imágenes incluidas en su libro y leyó al público algunos de los vocablos recolectados: apacholar (amontonar); arriarle bonito a las tortillas (ser de buen comer); bembo (bobo, negado); birundo (estar desnudo, en cueros); broza (gavilla de una localidad, integrada por sujetos de alta peligrosidad; son temibles porque cometen agresión oral, física y sexual); cocoyul (un tipo de palma de coco silvestre; en medicina tradicional, ya que son tan grandes como un limón, al saborearlos desfleman mecánicamente las amígdalas cuando éstas se infectan); cuculuste (la gente completamente negra, de cabello ensortijado), y chile frito (banda de música de viento).
En particular, el médico convocó a los presentes a ser sus zancas. El diccionario de García Jiménez define así esta palabra: Zanca, amigo, compañero. En jerga revolucionaria es compañero de lucha: los guerrilleros se hablan de zanca.
A propósito -continúa el libro- en Guerrero sigue habiendo este tipo de combatientes. ¡Cuidadito zanca!
Fuente: La Jornada. 18 de febrero de 2006
Obtenido el 6 de febrero de 2009 de: http://www.elsurcodelsembrador.com/ximopanolti/content/view/33/27/
El "moyote" en el habla regional

¿Quién no ha escuchado –entre los habitantes de las zonas rurales de La Laguna– pronunciar términos o giros que se antojan sacados de una página del Quijote? El habla de las zonas rurales se mantuvo reacia al cambio, porque estaba menos expuesta a las influencias externas. El habla de la zona metropolitana ha estado mucho más expuesta al cambio, al préstamo cultural, a la evolución al deslizamiento semántico y a la homogenización, debido a la cantidad de influencias foráneas que recibe, particularmente a través de la televisión nacional y extranjera.
Y aunque Torreón recién ha festejado los 100 años de su título de ciudad, ya existía como municipio y villa desde 1893, y como asentamiento humano rural (rancho, hacienda) desde 1850. Sus primeros pobladores fueron recios laguneros, guerreros de abolengo cuyos linajes hispano-tlaxcaltecas procedían de Parras, del Álamo de Parras (Viesca), de Mapimí o de otros lugares cercanos.
En lo absoluto estoy de acuerdo con aquellos que pretenden devaluar la valía de aquellos francos y orgullosos laguneros que colonizaron Torreón desde sus inicios. El Rancho del Torreón era semejante a la institución israelita que conocemos actualmente como “kibutz. Una granja formada por agricultores-guerreros, con una mano en el arado y la otra en el fusil. ¿Pensamos en los judíos de los kibutzim como “humildes labriegos”?
El asunto es que estos pobladores de vieja estirpe lagunera trajeron con ellos a Torreón, el habla tradicional de la comarca. Muchísimas de estas palabras proceden del Castellano del Siglo de Oro, y otras muchas proceden del Náhuatl.
Una de estas palabras, todavía en amplio uso en la Comarca Lagunera, es la representada por el término “moyote”. Incluso, hay quien cree que se trata de una palabra de invención lagunera. Pero no, la palabra existe en muchas regiones que fueron en parte colonizadas por individuos mesoamericanos de nacimiento o de cultura, que en La Laguna fueron de origen tlaxcalteca.
“Moyote” es una palabra registrada por Fr. Bernardino de Sahagún en su Historia General de las cosas de la Nueva España. Dice al respecto:
“Hay mosquitos zancudos que se llaman móyotl. Son pardillos, y son como los de Castilla, y pican como los de Castilla” (Libro Undécimo, Capítulo V, párrafo décimocuarto).
Sobre este punto, Francisco Emilio de los Ríos nos explica en su magnífica obra “Nahuatlismos en el habla de La Laguna”:
“Moyote. En La Laguna es sinónimo de zancudo, mosquito que prolifera en tiempos cálidos y constituye una de las más molestas plagas nocturnas...Deriva del náhuatl móyotl, mosquito. Múyotl, mosquito cantor y zancudo, dice Molina”.
La Comarca Lagunera merece un amplio estudio que documente, con criterios antropológicos, los remanentes de su cultura secular. A veces tengo el privilegio de escuchar a don Juan Sánchez (antiguo mayordomo del Rancho San Julián) cuando habla, entre muchas otras cosas, de las avenidas del río “Buenaval”, de lo muy agradecido que está de haberse casado con una “mujer esforzada”, de que al “coyotito” de su hija (“coyote”, de “xocoyote”, el benjamín, el menor) lo picaron los “asqueles”, que las nuevas generaciones ya no “adoran la mano” de sus padres ni padrinos, que éstas ya no tienen “temor de Dios” y por ende, muchos de sus integrantes se comportan como “felones”. Y cuando lo escucho hablar, me angustia tomar consciencia de que hay herencias culturales que están en proceso de extinción, herencias que son nuestras (de nadie más) y que representan los haberes verbales de siglos de ancestros laguneros. ¿Permitiremos que desaparezcan sin dejar huella ni registro para los comarcanos del futuro?
Obtenido el 6 de febrero de 2009 de:
http://cronicadetorreon.blogspot.com/2008/01/el-moyote-en-el-habla-regional.html
Somos lo que hablamos

La forma de hablar de cada región se denomina habla y varía de un lugar a otro aún en ciudades vecinas.
A través de las palabras se puede conocer el nivel cultural de una persona. El idioma es un elemento dinámico; se enriquece y empobrece continuamente.
COMARCA LAGUNERA.- El habla habla, decía el filósofo Martín Heidegger, no inventamos el habla, lo descubrimos siendo, el habla es el ser, con ello somos lo que somos, nada es donde falta la palabra y donde no está la palabra no hay nada.
En el sistema lingüístico hay tres formas: el lenguaje, la lengua y el habla. Luis Azpe Pico, catedrático de la escuela Carlos Pereyra, dice que el lenguaje es la facultad del ser humano para comunicarse con sus semejantes a través de signos que ha inventado en común acuerdo con todos aquellos seres con quienes vive en sociedad. La lengua o idioma es un conjunto de signos ya organizados.
“El habla se refiere especialmente al uso práctico que cada individuo hace de ese acervo cultural que es su propia lengua contribuyendo él mismo al enriquecimiento del idioma mediante el ejercicio cotidiano que hace de él”, agrega, “ahí va a entrar lo que se llama modismos, que son palabras propias de una determinada región”.
La forma de hablar de cada región se denomina habla y varía de un lugar a otro aún en ciudades vecinas.
Así, para diferenciar a una persona de Chihuahua o Monterrey de una de Torreón, no será por el acento al hablar, sino por las palabras que se utilizan características de la zona. Palabras como “moyote” o “tabarete” son consideradas como propias de esta región, ya que no se escuchan en otros lugares.
El habla de La Laguna incluye términos que no existen siquiera en otros idiomas como llamar “asquel” a las hormigas chiquitas. Sin embargo, Azpe Pico asegura que éste no es un modismo sino una palabra culta, pues la asquelia es un defecto de nacimiento cuando el producto sale sin miembros y las mencionadas hormiguitas son tan pequeñas que no se les ven las patitas, por lo que pareciera que padecen de esta anomalía.
A través del habla, se puede conocer el nivel cultural de una persona, así como su estrato sociológico e incluso la capacidad económica. Pero también se identifican los rasgos de origen del hablante. La generalización del habla en la región, permite a los laguneros llegar a cierta identificación y unificación con su grupo social. Es una característica del estrato socioeconómico.
Expresiones como “güey”, “o sea”, “nada que ver”, “super nice”, “del nabo”, “buenísima onda”, son consideradas de la clase alta, frases “fresas”, mientras que “chido”, “carnal”, “machin”, “vato”, “varo”, son propios de los llamados “cholos”. Éstas son formas de identificación de los jóvenes laguneros, que aun dentro del habla de una misma región, se confieren a un grupo determinado, con expresiones características que les ayudan a identificarse entre los demás y a sentirse unificados en su grupo.
En cuanto a la situación geográfica, los laguneros presentan interjecciones diversas que comparten con los demás Estados del norte del país como “adio”, “a poco”, o “mira mira”, para expresar duda y sobre todo “n’hombre”, para poner alguna cuestión en tela de juicio, sin importar si el interlocutor es mujer.
Saúl Rosales, escritor lagunero, dice que en la Comarca ya quedan muy pocos modismos propios de la región, que pudieran caracterizarnos de alguna manera respecto a las hablas de otros lugares. “No hay gran diferencia, sin embargo, si son rasgos notorios que si se mencionan en otros lugares causan extrañeza, igual que ocurre cuando un hablante de fuera de La Laguna se expresa ante nosotros y notamos síntomas ajenos, igual nos provocan curiosidad, nos dan risa, nos hacen preguntar”, manifiesta.
El escritor menciona que estos rasgos característicos están desapareciendo rápidamente a causa de que el habla española de México se está masificando para asumir el modelo de la televisión de la capital del país. Se dice entonces que hay un imperialismo del habla del Distrito Federal. “Aquí en La Laguna a un instrumento cúbico con un asa, de metal o plástico y que se puede transportar en él agua, le llamábamos ‘tina’ y ahora la mayoría de los hablantes le dice ‘cubeta’ ”.
“A un cuadrito de tierra cocida que sirve para edificar casas y que adquiere el color rojo al ser cocido, aquí le llamábamos ‘ladrillo’, a este mismo producto en la Ciudad de México le dicen ‘tabique’ ”, continúa, “y aquí en La Laguna ya empieza a causar extrañeza que por la influencia del habla del centro, donde se transmite la televisión, ya se comience a escuchar más "tabique”.
El habla de la Comarca Lagunera, que anteriormente podía caracterizarse por ciertos rasgos como los mencionados, empieza a ser despersonalizada, a perder sus particularidades, para dar paso a un habla masificada por la televisión.
Por ejemplo, en Torreón se dice “tomate”, pero en los anuncios de las cadenas de grandes tiendas que se publican aquí le llaman “jitomate”, porque son personas del D.F. las que se encargan de realizar la propaganda del lugar, entonces se impone el habla de otro sitio en La Laguna. La situación a la inversa, de cómo los medios masivos de comunicación van generalizando los modismos, es la palabra “chela”, para denominar a la cerveza en La Laguna, que actualmente es de acepción nacional gracias a los anuncios publicitarios.
Esta situación, comenta, es preocupante, porque en la medida en que todos los mexicanos hablen de la misma manera, se estarían cancelando muchas posibilidades expresivas. “Por un lado se está empobreciendo la lengua y por otro, pierde características el habla regional de La Laguna”, añade.
En la incorporación de vocablos extranjeros e incluso estructuras lingüísticas extranjeras, está en demérito el idioma propio. Se retoma la idea del imperialismo de otras lenguas con el español de México, de tal manera que se dejan de utilizar verbos como inspeccionar, cotejar, revisar, comparar y se sustituyen por “checar”, que proviene del inglés “to check”.
“Esto es absurdo, es empobrecedor, es limitativo, muestra la sumisión del hablante de la lengua española a los vocablos de la lengua extranjera”, opina Rosales, pero inmediatamente corrige, “estamos padeciendo esta incorporación de términos a nuestra lengua pero no se está empobreciendo al idioma, porque finalmente las palabras siguen en los diccionarios y en los libros, lo que sí se está empobreciendo es nuestra capacidad expresiva de hablantes”.
“Las palabras quedan ahí, en reserva, en espera de que alguien las desentierre y las use”, continúa, “pero en el habla cotidiana, en la realización verbalizada de la lengua, ahí es donde se están perdiendo muchas posibilidades expresivas, lo cual es muy lamentable y esto es promovido por los medios de comunicación”.
Para el escritor y miembro de la Academia de la Lengua, la masificación del habla está ocurriendo demasiado rápido. “Hay una falta de identificación lingüística, que no tiene nada de malo cambiar de identidad si no se piensa que es la desvalorización de quien la pierde”, señala, “en la medida en que yo quiero ser gringo, francés o portugués, en esa medida me estoy desvalorizando, en la medida en que alguien prefiere los vocablos de habla inglesa a los de su propia lengua”.
Anteriormente en Torreón era común utilizar la palabra “chanza” como sinónimo de oportunidad. Ahora, por la influencia de los medios masivos, se dice “chance”. Aunque la variante es mínima, permitía caracterizar el origen de la palabra. La posibilidad de identidad se pierde y se vuelve un término general. “Todos estos son síntomas de algo que fue el habla regional característica y que empieza a dejar de ser el habla regional para ser un habla nacional masificada por la televisión”.
Los barbarismos
El uso de palabras foráneas se denomina barbarismo. Las nuevas tecnologías han sido clave para que se fomente la utilización de palabras en inglés, tal es el caso de “chat”, “mouse” e incluso el propio “Internet”. Tanto los comercios como las instituciones financieras y en especial, los jóvenes, incorporan vocablos en inglés al idioma español en su hablar cotidiano. Otro factor determinante para la introducción de barbarismos es la emigración de los mexicanos a Estados Unidos.
El escritor mexicano, Homero Aridjis, advertía que, aunque la pluralidad enriquece al idioma, denominar algo preferentemente con una palabra en inglés, en vez de hacerlo con un término español, ha ido empobreciendo nuestra lengua. Al recorrer el bulevar Independencia es común observar los anuncios publicitarios con frases en inglés, así como la cantidad de restaurantes y tiendas con nombres extranjeros. Las opiniones se dividen al respecto, pues mientras hay quienes defienden la postura de que esto no degrada sino que enriquece al idioma, como la escritora, Elena Poniatowska, la mayoría de los intelectuales coincide en que el uso de anglicismos empobrece al español. Entonces, se pide un “raid” para trasladarse cuando no se cuenta con vehículo, que proviene del inglés “ride”, así como “puchar”, es del verbo “to push” o la ya mencionada “checar”, de “to check”.
Los modismos, dice Azpe Pico, sólo se entienden dentro del área donde se generaron. “El origen de estas expresiones está en el pueblo, que anda buscando una palabra que denote, no que signifique, sino que denote la idea que trae”, comenta el catedrático, “son palabras nuevas que son necesarias y que las tenemos que tomar, como por ejemplo todas las de la cibernética o algunos neologismos de carácter científico”.
“Todos pensamos que nuestro idioma viene exclusivamente del latín y no es cierto, tenemos muchísimas palabras que vienen del griego, del francés y sobre todo, del árabe”.
De acuerdo a la Ley Federal de Radio y Televisión, los comunicadores deben ocuparse del buen uso del idioma. “El idioma es un elemento dinámico, es decir, está en continuo cambio tanto de enriquecimiento como empobrecimiento”, manifiesta, “da el mismo trabajo aprenderse una palabra correcta que la incorrecta, pero ¿por qué la gente prefiere la incorrecta? Es algo que no entiendo”.
DATOS INTERESANTES
- El Diccionario de la Lengua Española tiene alrededor de 100 mil vocablos, pero un mexicano común que sólo haya estudiado hasta el nivel básico alcanza a manejar unas dos mil palabras, según datos de la Academia Mexicana de la Lengua.
- En los centros comerciales de Torreón, arriba del 60 por ciento de los locales lleva anglicismos en sus nombres.
- La generalización del habla en una determinada región permite cierta unificación e identificación con el grupo al que se pertenece.
- Los medios de comunicación electrónicos son los escenarios donde de manera más pública se violan las reglas del idioma.
MODISMOS LAGUNEROS
En la Comarca Lagunera abundaban los modismos exclusivos que caracterizaban al habla de la región. Algunos se han perdido en las nuevas generaciones de jóvenes, pero otros todavía subsisten.
- "Moyote”, por zancudo o mosquito.
- “Quequis”, por mantecadas.
- “Tabarete” por estanquillo.
- “Mantilla”, por pañal.
- “Machicha”, por pamba.
- “Chela”, para la cerveza.
- “Pisto”, para cualquier tipo de bebida alcohólica, excepto cerveza.
- “Lonche”, por torta.
- “Broches” para el cabello, en vez de pasadores.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
Español internacional y normas regionales

El profesor Raúl Ávila, de El Colegio de México, es el encargado de un proyecto de investigación sobre la evolución del español en los medios de comunicación. Para él, los medios contribuyen a la estandarización de la lengua y tienen como ventaja sobre la Academia Española –afirma– de regirse por criterios demográficos y no políticos.
"Yo uso el concepto de español intemacional y lo comparo con el de español neutro, que. como concepto surge en Argentina relacionado con una ley de los años sesenta. El español neutro tiene una sola norma, mientras que el español internacional –el que se escucha por los medios– tiene tres normas desde el punto de vista de la pronunciación, o sea, en el español internacional hay tres grandes pronunciaciones convergentes. Una de ellas es la norma alfa, semejante al español neutro y es la que se escucha más en doblajes de películas y series de televisión, en canales culturales como el Discovery o History Channel. Es el español que tiene más aceptabilidad en Hispanoamérica (donde incluyo a EE.UU). Luego vienen la norma beta, dentro de la cual está la beta Sur, del Río de la Plata, donde, a diferencia de la beta Norte, la y se vuelve tensa (caye) o a veces sorda (cashe). Por último está la norma gamma, que es la norma minoritaria, del norte y centro de España; es una norma del español europeo".
"Digo 'español europeo' y no de España conscientemente, porque si no sería España frente a otros veinte países y no España frente a América. La distinción hay que cuidarla. porque está ideologizada desde el punto de vista de los que les conviene; siempre cito un libro llamado El hombre y los animales inferiores, que tiene una nota donde se aclara que 'la clasificación la hizo el hombre'. Hay que fijarse en quién inventó la clasificación y quién está arriba. Hay que ser conscientes de los sesgos; yo trato de serlo de los míos, de mí posición política. Hasta en el tema de la y griega está mezclada la política: se le iba poner 'rey' con i latina (como en portugués), pero un académico del siglo XIX argumentó que al rey no le iba a gustar, y que además había mucha papelería con el membrete utilizando la y griega".
"Mi posición política en lingüística surge de lo que pasa con los medios. La imprenta de Gutemherg estandarizó las lenguas europeas y fue un factor fundamental para la democratización del saber: los libros, que eran carísimos, con la imprenta se vuelven baratos. Mi hipótesis es que fueron los editores los que promovieron la alfabetización –y no los reyes–para tener más lectores para sus libros. La imprenta estandarizó las lenguas escritas. Luego, en el siglo XX, la radio y la televisión promueven la estandarización de la lengua hablada. ¿Y cuál estandarización? La que tiene que ver con el público al cual le van a vender las cosas, o sea, con el mercado. Tiene que ver con lo que le gusta escuchar a la gente. Las empresas de doblaje saben que aquí les gusta lo que llamo norma alfa".
"Se parece a como se habla en ciudad de México, no en todo el país. Pero también en ciudad de Bogotá, de La Paz, de Cuzco, de Quito... La norma es una norma estándar, pero los medios transmiten a hablantes muy buenos, o sea, que articulan muy bien, no necesariamente cultos. Es un mito que la norma culta sea la que se transmite. La norma alfa emplea el seseo pero no el yeísmo. No aspira las eses. La norma beta es como la alfa, pero con aspiración de las eses y pronunciación de la /ng/ en el Norte; en el Sur se pronuncian las eses, se pronuncia /n/ en lugar de /ng/ y en el Río de la Plata ocurre el yeísmo. Así se escucha desde el satélite hacia abajo; todo lo que no suena así resulta una pronunciación divergente".
Hablar como el Chavo
"Las telenovelas pueden venir de México o Bogotá o de otra ciudad y no molestan porque están en norma alfa. Ahora, por ejemplo, El Chavo del 8 no era tan mexicano en su pronunciación como se cree aquí, era bastante neutro o alfa, diría yo. Porque hay mexicano alfa 1, 2, 3, los que se quiera, hay marcas mexicanas. Las telenovelas colombianas también utilizan un alfa con ciertos matices (dicen más suave las /d/, por ejemplo)".
"En la norma alfa, según la empresa Disney, se evita el voseo y el vosotreo. No se dice 'vos cantás' ni 'vosotros cantáis', sino 'tú cantas' y 'ustedes cantan'. Desde el punto de vista del léxico, la norma alfa propone que se use la variante que tiene más hablantes en más países, o sea, la que tiene más peso demográfico y más dispersión política. Por ejemplo, si tengo 'vereda', 'banqueta', 'acera', 'escarpa', escojo 'acera'. Pero si tengo 'computador,' 'computadora', 'ordenador', escojo 'computadora', no 'ordenador'.
"El español internacional es un español abstracto, para comunicarse en todas partes Ahora, tan pronto vamos a las cosas, empieza la confusión. Saqué una foto aquí de un letrero en un lugar comercial que dice "guardachiches": cuando lo lleve a México van a pensar que es un sostén, un brassier o sujetador."
"El español de Europa tiene variantes. Cuando dicen 'español de España' están pensando en castellano, pero se olvidan que hay extremeños, andaluces, canarios, catalanes, vascos y gallegos, por lo menos, que hablan el español como lengua materna. ¿De dónde sacan que el español de España es uniforme? Allí hay norma alfa, norma beta y norma gamma. La beta es internacional, la gamma no. O sea, la que pronuncia la /z/ (con sonido interdental sordo) es la única norma del español que no es internacional; solamente se habla en una región de un país; en ningún lugar de América está esa variante gamma, y en cambio la pronunciación de los andaluces sí el semejante a la norma beta. El vasco y el catalán son directamente otras lenguas".
"Apenas en la última edición del diccionario de la Academia finalmente aparecen españolismos, como si no hubiera. También los hay, pero como ellos clasifican no les conviene. En realidad se trata de una dialéctica entre lo local y lo regional, lo regional frente a lo nacional, y lo nacional frente a lo internacional. Se proponen historias regionales, nacionales y mundiales. ¿Cuál conviene? Depende de dónde consiga el dinero. Si es del Estado, será la historia nacional, para dar cohesión al Estado. Es la que más se vende, pero también hay una historia regional, que algún historiador mexicano llamó la matria, la zona donde se nació, por oposición a la patria, el país".
"Los medios están rebasando la idea del monocentrismo. Ahora se habla de una norma pluricéntrica del español. Los medios de comunicación son fundamentales en este proceso y no hay que sorprenderse de que venga lígada al aspecto económico, porque fue igual con la imprenta. Los medios quieren vender, es claro, pero no hay que rasgarse las vestiduras".
«La RAE es una institución cuyos miembros yo no elegí. Es un club de caballeros del siglo XVIII. A ellos los escogen, son cooptados. ¿Por qué voy a hacer caso a esos señores que son tan diferentes a mí? Yo conocí a (Rafael) Lapesa, que llegaba con su leontina... yo no soy como ese tío, no visto como él, no como como él, no hablo como él, no puedo pensar como él, no soy como él, no me representa, yo no he votado por nadie. Las academias son un mito: nadie lee las gramáticas. La gente habla de la gramática como habla de los fantasmas, sin haberlos visto. Lo que cuenta es el hecho social, que llamamos sanción y consenso. Si usted y yo estamos de acuerdo en que nos gustó la palabra 'ensemaforizar', por ejemplo, en la frase 'ensemaforizaron las calles de la ciudad', entonces se queda y la seguimos promoviendo'.
"Yo hago una propuesta diferente: en una discusión sobre la ortografía o sobre el significado de una palabra, en lugar de recurrir a la RAE, fijémonos qué dice internet. Si 400 millones dicen esto y 70.000 dicen lo otro, me quedo con la de los millones. Dentro de unos meses estará en línea el programa Valide, donde usted escribe una palabra y se le informa qué países utilizan ese término y cuáles utilizan otros equivalentes".
"Los periodistas de medios impresos tienen que pensar en el español internacional, porque los periódicos están cada vez más en ínternet. Y ahí no van a andar diciendo 'nafta' en lugar de 'combustible".
"El estándar está en los medios audiovisuales y no en el hablante culto, porque es lo que escucha todo el mundo. Y la lectura está en los periódicos, Por eso hay que promover la redacción y cambiar la ortografía. Un preso político quiere mandar una carta a Amnistía Internacional y no se va a andar deteniendo porque no sabe dónde va la hache. Primero hay que mejorar la comunicación y después la ortografía. Los maestros, por lo menos en México, justifican su tiempo enseñando ortografía, que es algo que cualquiera puede hacer. Yo los reto a que enseñen redacción. Hay que promover la calidad de la redacción y no la de la ortografía".
Concepción Company: Aporta México palabras al mundo

Nelly Sánchez
15-12-2008
La filóloga Concepción Company, quien estuvo en Culiacán invitada por el Colegio de Sinaloa, para impartir la Cátedra en Lingüística, destacó el valor los mexicanismos, entendidos estos como palabras de uso distinto entre México y España.
"Nosotros usamos molcajete y ellos almirez, en el español de México se dice cobija y durazno, y ellos usan manta y melocotón. Palabras que en la forma son iguales, como siempre, ahora, pero que no significan lo mismo en España. El siempre sí y siempre no, sólo se usa en México. Que el ahorita se contraiga en 5 minutos o dure 5 años es un mexicanismo".
Préstamos y mexicanismos
Originaria de Madrid, pero radicada en México, Concepción Company es autora de cuatro libros sobre la historia del español y su sintaxis, así como de la identidad lingüística en México. Es investigadora de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Filológicas y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, desde 2005.
-¿A partir de cuándo México tiene identidad lingüística?
- La evolución del español en México tiene tres momentos importantes: el primero es La Conquista, el segundo la segunda mitad del Siglo 18, que constituye un parteaguas entre el español de México y el de España porque proliferan los diminutivos no como pequeñez sino como estimación, aproximación con el oyente. Por ejemplo la gordita así pese 120 kilos seguirá siendo la gordita; se le dice el muertito por respeto, o un hablante por humildad puede decir tengo un terrenito, así sea de 200 ó 300 hectáreas. Proliferan también los posesivos y ahora vemos un uso innecesario, por ejemplo 'se golpeó su cabecita', ya sabemos que es de ella por el reflexivo se. Además ocurre algo con los diminutivos, empieza a haberlos en categorías no usuales en el español España, como tantito, ahorita.
El tercer gran momento, indudablemente, es el de Independencia, aunque llega a la lengua tardíamente, en 1850. En la época de las reformas de Juárez, México toma una idiosincrasia propia en la que proliferan diminutivos, posesivos, se usan adjetivos y dialectelismos típicos de México, distantes del español de España.
- ¿Qué momento vive el español actual de México?
- Ahora, en pleno Siglo 21, estamos asistiendo a un momento importante de confluencia dialectal de muchos países y al mismo tiempo de respeto dialectal, a través de los medios de comunicación. Hay intentos de la Academia de la Lengua de evitar extranjerismos, no sé si sean fructíferos porque no dependen de la lengua misma, sino del curso de la economía, del curso cultural, la buena voluntad de un gobierno de crear empleos y evitar las migraciones masivas que hagan que esos migrantes regresen con un alud de extranjerismos. Es un momento interesante, la lengua se está moviendo y está adquiriendo más extranjerismos de lo que debiera, pero habrá que esperar a ver qué ocurre.
- ¿Busca la Academia equivalentes al español?
- Estamos intentando. A la comisión de consultas llega mucha inquietud por cuidar la lengua, preguntan 'qué puedes decir en vez de chatear'. Lo que pasa es que muchos extranjerismos no tienen sustituto en español, chatear es el modo de hablar informalmente a través de una máquina, en el que se acortan las palabras, se usa una cantidad enorme de abreviaturas para hacer el mensaje más rápido. Eso no tiene equivalente, ¿cómo dices chatear en español con una palabra? No hay. Entonces, los préstamos también tienen una función comunicativa, que es lograr éxito entre hablante y oyente. No es fácil sustraerse de la cantidad de préstamos que hay.
'Dime cómo hablas y te diré quién eres'
Para Company en México hay una preocupación generalizada por hablar bien, y prueba de ello es que a la Academia Mexicana de la Lengua cada semana llegan más de mil consultas. Sin embargo, asegura, la preservación el idioma no depende de la voluntad de unos cuantos hablantes, sino de proyectos gubernamentales de largo alcance, que incidan en la educación.
- ¿Qué tanto se preocupan los mexicanos por su idioma?
- Yo creo que es un país bastante preocupado y la prueba es la cantidad enorme de consultas que llegan a la Academia, en general todos los pueblos que no tienen muy fuerte analfabetismo, están preocupados por su lengua, les interesa saber cómo se habla mejor. A pesar de la impresión que dan los medios de un deterioro, de muchos préstamos y que la gente joven lo está deteriorando, yo creo que hay una preocupación por el bien hablar.
No se nota en el ambiente pero los que trabajamos en corporaciones nos damos cuenta de que el hablante quiere saber cómo se habla bien porque ello da prestigio social. La lengua se puede resumir parafraseando un refrán: 'dime cómo hablas y te diré quién eres'.
- ¿A partir de cuándo debemos cuidar nuestro idioma?
- Ese cuidado debe empezar en las escuelas y en las casas. Un pueblo bien instruido tiene la ventaja de que va a subir su calidad de vida. Si nosotros cuidamos la lengua, nuestra apariencia y aporte, parecemos mejor educados, por lo tanto las posibilidades de encontrar un trabajo mejor seguramente va a favorecernos. Esa labor hay que empezarla desde la primaria, pero no sirve de nada que un individuo le diga a otros tres vamos a hablar mejor. Tienen que ser proyectos gubernamentales de largo alcance, con verdadero interés, amparados por la Secretaría de Educación Pública y la de Gobernación. Cuidar la lengua desde pequeños es cuidar la posibilidad de subir en el escalafón social y nuestra calidad de vida.
"El empobrecimiento léxico de éste o güey, va a redundar en la falta de una calidad de vida y un trabajo adecuado. Soy un poco pesimista de lo que pudiera hacer una sola persona, estos son proyectos gubernamentales como se han hecho en Francia, Alemania y España, que tras la muerte de Franco, el gobierno socialista hizo un verdadero esfuerzo por educar, y eran programas gubernamentales generalizados que iban a todas las primarias del país".
La filóloga añadió que es urgente que el gobierno debe uniformar programas educativos, porque hay como 800 de preparatoria y mil 200 de secundaria.
"Que la misma educación que se dé en Chihuahua, se dé en Chiapas. El individuo que estudia en un lugar y se tiene que mover a otro tiene que revalidar, repetir materias, es una locura. Debe haber programas nacionales como en Francia, Alemania, España, alguien se mueve de norte a sur y no tiene nada más que inscribir a su hijo en la escuela y continuar sin mayores problemas", asegura.
El diccionario
Aunque chocolate, aguacate y tomate provienen de voces indígenas y son el mayor aporte de México a la lengua, no serán incluidos en el Diccionario de Mexicanismos en el que trabaja la Academia Mexicana de la Lengua.
"Después de largas discusiones en el pleno, la comisión de lexicografía que yo presido, decidimos no meterlas porque aun siendo mexicanismos, su uso no se limita a la República Mexicana. Han rebasado con mucho las fronteras y son patrimonio de la humanidad, es como si los señores de las islas del Caribe se empeñaran en que huracán y canoa fueran caribismos y no, son también patrimonio de la humanidad", afirmó Concepción Company.
El diccionario en el cual trabajan desde hace tres años contrasta con el español de España y tiene marcas regionales y supranacionales, según su uso en otros países hispanos y esperan presentarlo en 2010.
"Si se usan en otro país les ponemos marcas supranacional, las que son idiosincrasia mexicana no llevan marca. También hay marcas regionales, como bichi, que se usa en Sinaloa".
martes, 27 de enero de 2009
Sobre el "español neutro"

Hace poco recibí una carta de un estimado lector en la cual sugería que, en National Geographic en español, utilizáramos un “español neutro“, debido, claro, a que nuestra edición circula en la mayoría de los países de América Latina. Dado que todos en este equipo editorial somos mexicanos, y hablamos la variación dialectal del español de México, evidentemente, es posible que nuestros lectores sientan que la edición está plagada de “mexicanismos”. En principio suena como una petición muy razonable. Lo curioso es que hacer tal cosa es básicamente imposible. No creo en la factibilidad de un “español neutro”, y los intentos por crear tal cosa dan como resultado un engendro lingüístico. Aunque la lengua escrita tiende a ser mucho más conservadora que la hablada, no podemos ser conscientes de la mayor parte de nuestros giros dialectales, no sólo en lo que a vocabulario se refiere, sino también respecto a estructuras gramaticales. Es decir: si la revista se hiciera en Argentina, estaría plagada de “argentinismos”, en Chile de “chilenismos” y así. Se pueden hacer, no obstante, algunos esfuerzos: hace poco pesqué la palabra “guajolote” en una de nuestras ediciones. Decidimos que mejor usaríamos “pavo”. En un artículo enviado desde Argentina que se publicará próximamente, apareció la palabra “palta”. No tenía idea de qué significaba, hasta que la escritora me explicó con amabilidad: es eso que ustedes usan para hacer guacamole. Es decir “aguacate”. Decidimos utilizar este último término.
El tema del español neutro es desde luego complejo: qué mejor que este espacio para abrir la discusión.
Omar López Vergara
Director editorial
National Geographic en Español
Aunque es casi imposible un “Español neutro”, incluso cuando uno se mueve al interior de un país, en mi caso Colombia, encuentra una diversidad de palabras para denomiar las cosas, más aún cuando se trata de vegetación ó fauna. Sin embargo es también posible observar que hay cierto uso más frecuente de determinadas palabras con las que se llama un objeto; así a pesar de los dialectos regionales es posible encontrar palabras de uso más “universal” como pavo ó aguacate.
Deseo que me corrijan si es que acaso estoy en un error. Siempre he pensado que el español que se utiliza en otras regiones de América latina, especialmente en Argentina es una aberración. Es mi muy paricular opinión y no deseo ser irrespetuoso pero NO SOPORTO la forma en que hablan los argentinos. Ellos alegan que utilizan el español corecto, el que se habla en la madre patria pero a mi se me revuelve el estómago cada vez que los escucho decir cosas como “tenés” cuando aquí en México estamos acostumbrados a decir “tienes”. En todo caso lo correcto sería “tenéis”, ¿no es así?. En verdad me gustaría que alguien me ilustrara y me dijera cuál es la postura de la Real Academia de la Lengua Española ante esa particular forma de hablar. A pesar de que aquí en México también se deforma el idioma de una forma dramática eso generalmente sucede en las clases no muy escolarizadas, no necesariamente bajas. Mis respetos al pueblo argentino, discúlpemne si mi comentario les puede parecer ofensivo, no es esa mi intención. Gracias por el espacio.
Lingüísticamente, no hay ninguna lengua que pueda ser una aberración. Los criterios en este tipo de condenas son puramente sociales y no tienen ningún fundamento científico, es decir, lingüístico. Si lengua es más popular o menos que otra, se debe a un momento histórico y no a una característica intrínseca de las lenguas. Todas ellas, por otro lado, utilizan exactamente los recursos que necesitan. En suma, no hay una lengua, o una variación dialectal mejor que otra,
Omar López Vergara
Creo,que más allá de todo, las formas de expresión de cada uno merecen respeto. No hay una “mejor” o “peor” forma de hablar. Me parece que una de las cosas más ricas de América Latina son sus dialectos y, de la misma forma que uno se puede nutrir cuando aprende otras lenguas, uno puede aprovechar y aprender de los dialectos de una misma lengua. En mi opinión es una de las cuestiones más ricas que tenemos. Pensar que el castellano español es el único es seguir pensando que Latinoamérica no es ni autóctona ni maravillosa por sí misma. Talvez sean otros “españoles”, pero sin duda son valiosos. Saludos, María José
Creo que se debería usar un diccionario de la Lengua Castellana para escribir los artículos. comprendo la dificultad que tienen ustedes para redactar su edición, mucho mayor que en España, porque no hay una cultura hispana singular. El aislamiento de las antiguas provincias administrativas de las colonias españolas del Nuevo Mundo, las vivencias diferentes… Sé que no pueden evitar los mexicanismos porque los redactores son de allá. Lo único que les ruego es que aspiren a ser comprendidos y asimilados por la mayor parte de los españoles.
SeñoR Osorio; quizá no le guste el uso de la forma verbal que expone por parte de los argentinos, pero piense que las obras del Siglo de Oro, entre las que se cuenta las crónicas de El Inca Garcilaso y de Bernal Díaz del Castillo, usan la misma forma verbal. Hubo un tiempo en que esto era común en el Nuevo Mundo y en Europa.
Además, los argentinos fueron colonizados, al igual que el este de Europa (Boston, en concreto) por las familias italianas que huían de los desórdenes provocados por la reunificación del país y de la miseria provocada por la opresión de los terratenientes. Si en vez de Argentina esos hispanoitalianos se hubieran instalado en Mérida o Chihuahua, ¿hubiera participado con esos argumentos en este foro?
Siempre he admirado la forma en que se redactan los articulos de National Geographic es Español. Las traducciones estan muy bien consultadas con expertos en cada tema, de otra forma, no tendrían rigor ni exactitud cuando se encontraran terminos de dificil traduccion o equivalencia en español para una persona no concedora de cada tema.
Personalmente como Salvadoreño, no siento que los textos en español contengan “localismos” mexicanos, puesto que éstos son fácilmente detectables, al menos para los centramericanos que los conocemos e incluso a veces tenemos alguno que otro, debido a nuestra historia en comun con la conquista española y el indigenismo Maya. Es curioso como aqui en Centroamerica usamos el “voseo”, hablarnos de vos, similar a Argentina, cuando estamos en un contexto familiar o de amistad, usamos el “tuteo”, en ambientes semi formales, y claro hablamos de “usted” en situaciones formales o con personas con las que no tenemos confianza. Siempre me he preguntado la razon de esta diversa forma de hablar que usamos. Tengo entendido que en Colombia tambien hablan de Vos… En Costa Rica usan mucho el “usted”, aun en situaciones familiares y de confianza. Tal vez National Geographic haga algun dia una investigacion sobre el origen de tantas variedades de “español” que usamos en Latinoamerica.
Pienso que una cosa es hablar en forma coloquial, y otra escribir para que lean personas que no conocemos….Ahí está la diferencia. Los chilenos hablamos muy mal, pero no soportamos leer algo mal escrito, mal redactado, con faltas de ortografía, con formas verbales equivocadas…No podríamos enseñarles el castellano a nuestros niños, usando textos mal escritos, y eso es lo que sucede en Argentina, en que en los libros de cuentos para los niños, sale el “tenés”, “pasá”,etc.
La National Geographic es una excelente revista, con fotografías extraordinarias, investigaciones completísimas, que nos mantiene al día y alertas sobre el mundo en que vivimos, muy bien escrita.
Es bueno saber que el editor de NatGeo en español no reivindica el uso del español neutro. Algunos hispanohablantes no mexicanos suelen decir que esa creación de laboratorio es más bien mexicano neutro.
Me alegra saber que los mexicanos perciben ese medio (el español neutro) como ajeno también a ellos. En cualquier caso, siempre me resultará más respetuoso de nuestras culturas, hacer el esfuerzo por entender una variedad real de español que habla una comunidad real que descifrar ese artificio de comunicar con una lengua que nadie habla.
Concuerdo completamente con el Sr. López Vergara. Me parece clarísima la postura frente a la existencia de un “español neutro” y me satisface también el saber, como dijo una anterior forista, que quienes hablan en nombre de la redacción de NatGeo se distancian de una construcción como “español neutro”. Lo interesante es reconocer el uso que cada uno hace de la lengua y no veo cuál es el problema de leer una revista que contiene mexicanismos.
Quiero aportar que todos los dialectos son construcciones, más o menos útiles de acuerdo con lo que creamos conveniente para definir un grupo humano. Estas cuestiones son frecuentemente debatidas en ámbitos académicos hispanohablantes (afortunadamente).
Muy atinada fue la observación de otro forista que señaló que en textos literarios también se documenta su uso. De todos modos, insisto, acá no estamos hablando de exotismos o usos estilísticos, hablamos de variación, concepto que hasta el momento intenta ser lo bastante amplio y a la vez específico para explicar cómo la lengua se realiza en sus hablantes.
Me gustaría recibir información acerca del tema del español neutro, puesto que trabajo en hotelería y esta cuestión es muy interesante para hacer una investigación en diferentes ámbitos de contacto de lenguas.
Gracias!!!!!!!!!!!!!