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viernes, 24 de febrero de 2012

Canto de las mujeres de Chalco


Composición de los de Chalco que vinieron a dar alegría al señor Axayacatzin que los conquistó como si fueran mujeres

(Fragmento)

Levantaos, vosotras, hermanitas mías,
vayamos, vayamos, buscaremos flores
vayamos, vayamos, cortaremos flores
las que están aquí, las que están aquí,
las flores de la chamusquina,
las flores del escudo, las deseadas,
las que dan contento,
las flores de la guerra.

Son flores hermosas.
Que con las flores que están sobre mí
yo me adorne,
son mis variadas flores,
yo mujer chalca.

Deseo, deseo mucho las flores,
deseo, deseo los cantos,
temerosa, en el lugar donde hilamos,
donde existimos,
entono su canto al pequeño señor Axayácatl,
lo entretejo con flores,
con ellas lo circundo.

Como una pintura es hermoso su canto,
como flores fragantes, gustosas,
mi corazón lo estima en la tierra.

¿Cómo estimo tu palabra?
Mi compañero en el lecho,
tú, pequeño Axayácatl,
dele yo contento.

Sólo levanto el gusano,
lo hago estar recto.
Dele yo contento
a mi compañero en el lecho,
tú, pequeño Axayácatl.

Xolo, Xolotzin,
tú señor, pequeño Axayácatl,
¿en verdad eres varón?
Aquí eres nombrado,
¿acaso en verdad aún irás a leñar?
Ya pon a cocer mi maíz,
consigue luego que mucho se encienda.

Toma, toma eso que está allá,
ven a darme al pequeñín,
tú ya colócalo,
estaremos acostados,
también tendrás contento,
tendrás mucho contento,
lo haré despacio.

No, no, no te arrojes sobre mí,
Xolotzin, tú señor, pequeño Axayácatl,
yo soy cogida,
tiene comezón mi manita.
Ya también, ya también quieres tomar
mis pechitos, casi mi corazón.

Tal vez así
estropearás mi pintura,
estarás mirando la flor color de ave xiuhquéchol.
Te introduciré en mí,
allí ha de estar tu barbilla,
yo te abrazaré.

Poema incluido en el volumen II de Cantares mexicanos

Obtenido el 24 de febrero de 2012, de: http://www.jornada.unam.mx/2012/02/24/cultura/a04n1cul

domingo, 19 de febrero de 2012

Mitos pericúes


Pedro Porter y Casanate, un explorador que en 1643 recorrió el extremo sur de la península dice que durante sus viajes...

" No se reconoció género de idolatría en estos indios, no son ladrones ni mentirosos ni usan de borracheras ni brebajes..."

La evidente calificación moral de estas líneas no va más allá del puro aspecto aparente, superficial y material de la cultura indígena. Pues el hecho de que no tuvieran a la vista ídolos o templos no los exentaba de haberse construido una religión que les explicara su propia existencia y la del mundo. Son muchos los reportes acerca de los rituales que les llenaban el año de fiestas.

Acerca de esta religión elaboró Miguel Venegas un resumen, con base en los informes que le proporcionaron distintos misioneros. En su
Noticia de la California podemos conocer que los pericúes creían...

...que en el cielo vive un señor a quien llaman Niparaya, el cual hizo la tierra y el mar, da la comida, crió a los árboles y todo lo que vemos y puede hacer cuanto quiere. No lo vemos, porque no tiene cuerpo como nosotros. Este tal Niparaya tiene mujer, llamada Anayicoyondi... ha tenido tres hijos. De estos el uno es Quaayayp, que es hombre... (éste) estuvo entre estos (los pericúes) y los enseñó. Era poderoso y tenía mucha gente... lo mataron pero está muy hermoso, sin corrupción alguna, echando continuamente sangre. No habla por estar difunto pero tiene un tecolote que le habla.

Este señor Niparaya tenía un enemigo, Waac Tuparán, con el que luchó una vez...

"...al Fin le venció, le quitó todas las pithayas y lo echó del cielo y lo encerró en una cueva. Hizo luego las ballenas del mar, para que espantaran a Waac Tuparán, para que no salga de la cueva".

Esta versión está evidentemente filtrada por el cedazo de los misioneros y se parece mucho a la historia de la rebelión de los ángeles, Waac Tuparán va a ser la figura diabólica que tendrá sus seguidores, "perversos, hechiceros y curanderos" entre los pericúes mientras que los seguidores de Niparaya sería "gente grave y circunspecta que con facilidad se reduce a la razón". Tales semejanzas debieron ser acentuadas por los frayles pues verían en ellas una ventaja para su misión evangelizadora. Es por ello que habremos de tomar con ciertas reservas los testimonios.


Tomado de: http://labajacalifornia.blogspot.com/2011/01/los-pericues-creian-en-un-dios-supremo.html, el 19 de febrero de 2012.

domingo, 12 de febrero de 2012

¿Por qué somos bípedos?


Ecoanálisis


Alberto Tapia Landeros*


Durante siglos, los investigadores han tratado de dilucidar el tránsito del homínido de cuatro patas al humano de dos. La transformación de cuadrúpedo, a bípedo. El cambio de andar a gatas, a andar parado. Y se ha dedicado tanta energía en averiguarlo, debido a que es aceptado por muchos, científicos y legos, que el hombre desciende de primates que se desplazaban como lo hacen hoy gorilas y chimpancés.

Diferentes teorías han tratado de explicar esta evolución de la locomoción humana.

Una de ellas sostiene que el homínido tuvo que elevarse para ver sobre el pastizal a su principal depredador, el leopardo. Otra teoría alega que al calentarse el planeta, desaparecieron los bosques y el antecesor del hombre ya no necesitó asirse de las ramas con sus cuatro extremidades. En los árboles fueron más útiles 20 dedos que 10.

Sin bosque, el entorno se volvió más seco, predominando los pastizales. Nació, la sabana africana. Cabe recordar que en esta etapa de la evolución primate hacia la humanidad, todos vivíamos exclusivamente en África. Y en la sabana fue de mayor utilidad caminar en 2 que en 4 patas. También pudo huir a mayor velocidad de sus enemigos.

Con ironía, personalmente he explicado que el bipedismo surgió junto con la economía. El hombre tuvo conciencia de que andando con sus extremidades inferiores, tenía libres las superiores, brazos y manos, para agarrar más cosas. Para recolectar y cargar frutas, raíces, semillas y huevos en mayor número, que siendo cuadrúpedo. El homo se paró para acopiar más alimento para el mañana.

Una de las últimas teorías evolutivas de gran aceptación, es la que sostiene que el calentamiento planetario obligó a nuestro antepasado a apoyarse en sus extremidades inferiores, para recibir menos radiación solar que estando en cuatro patas. Un bípedo se calienta menos que un cuadrúpedo. La reflexión es bien lógica: Se recibe más calor en el lomo y en la nuca, que sólo en la mollera. Entonces, para no sobre calentarse, nuestro ancestro se hizo bípedo y correlón. Hasta aquí, tuti contenti.

Pero resulta que la ciencia no se detiene. Constantemente se actualiza, evoluciona. En la edición de diciembre pasado de la prestigiada revista Science, la autora Tracy Watson publicó el resultado de un experimento mediante modelos de Australopithecus afarensis, la misma especie a la que perteneció la famosa hembra Lucy, de hace 3.2 millones de años. Se utilizaron féminas de 30 kilos y machos de 55. El sorprendente resultado fue que al caminar bajo el Sol de la sabana africana por 30 minutos, lo mismo produjo un golpe de calor andando a gatas que erecto. Los modelos en cuatro patas se insolaron de igual manera que los de dos.

Entonces, nuestro ancestro africano no se hizo bípedo para no insolarse.Hubo otros motivos aún desconocidos. Y mi broma de que homo se paró para recolectar más alimentos, ya no parece tan broma. Elevarse para ver al temible leopardo sobre el pastizal, tiene más sentido que el evitar la insolación. El tránsito pre humano del árbol al suelo, pudo haber tenido mucho más efecto en el bipedismo, que el aumento de la radiación solar.

De cualquier forma, el pre homo no estuvo a salvo del leopardo, hasta que superó la capacidad craneana de su depredador. Con mayor masa encefálica, concibió el control del fuego y la fabricación de armas con las que pudo defenderse. Erecto se tiene más habilidad de defensa que a gatas. Y sobrevivir al depredador, es un poderoso motor de la evolución.

Hasta ahora, podemos pensar que somos bípedos, porque ya no somos monos. Porque pensamos, creamos y utilizamos herramientas. Porque al ser bípedos tenemos mayor capacidad de recolección y carga. O como dice Alfred Crosby: El bipedismo “es el proceso de aventarse hacia enfrente para caer de cara; y la vez corregir el error, dando un paso al frente”. Una y otra vez.


* El autor es profesor-investigador del CIC-Museo, UABC.
Correo: altapialanderos@gmail.com


Publicado en el diario La Crónica el domingo 12 de febrero de 2012.