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domingo, 19 de febrero de 2012

Mitos pericúes


Pedro Porter y Casanate, un explorador que en 1643 recorrió el extremo sur de la península dice que durante sus viajes...

" No se reconoció género de idolatría en estos indios, no son ladrones ni mentirosos ni usan de borracheras ni brebajes..."

La evidente calificación moral de estas líneas no va más allá del puro aspecto aparente, superficial y material de la cultura indígena. Pues el hecho de que no tuvieran a la vista ídolos o templos no los exentaba de haberse construido una religión que les explicara su propia existencia y la del mundo. Son muchos los reportes acerca de los rituales que les llenaban el año de fiestas.

Acerca de esta religión elaboró Miguel Venegas un resumen, con base en los informes que le proporcionaron distintos misioneros. En su
Noticia de la California podemos conocer que los pericúes creían...

...que en el cielo vive un señor a quien llaman Niparaya, el cual hizo la tierra y el mar, da la comida, crió a los árboles y todo lo que vemos y puede hacer cuanto quiere. No lo vemos, porque no tiene cuerpo como nosotros. Este tal Niparaya tiene mujer, llamada Anayicoyondi... ha tenido tres hijos. De estos el uno es Quaayayp, que es hombre... (éste) estuvo entre estos (los pericúes) y los enseñó. Era poderoso y tenía mucha gente... lo mataron pero está muy hermoso, sin corrupción alguna, echando continuamente sangre. No habla por estar difunto pero tiene un tecolote que le habla.

Este señor Niparaya tenía un enemigo, Waac Tuparán, con el que luchó una vez...

"...al Fin le venció, le quitó todas las pithayas y lo echó del cielo y lo encerró en una cueva. Hizo luego las ballenas del mar, para que espantaran a Waac Tuparán, para que no salga de la cueva".

Esta versión está evidentemente filtrada por el cedazo de los misioneros y se parece mucho a la historia de la rebelión de los ángeles, Waac Tuparán va a ser la figura diabólica que tendrá sus seguidores, "perversos, hechiceros y curanderos" entre los pericúes mientras que los seguidores de Niparaya sería "gente grave y circunspecta que con facilidad se reduce a la razón". Tales semejanzas debieron ser acentuadas por los frayles pues verían en ellas una ventaja para su misión evangelizadora. Es por ello que habremos de tomar con ciertas reservas los testimonios.


Tomado de: http://labajacalifornia.blogspot.com/2011/01/los-pericues-creian-en-un-dios-supremo.html, el 19 de febrero de 2012.

martes, 20 de enero de 2009

Patrimonio cultural en peligro de extinción



Por Fernando Recinos
Periodista


La transmisión oral ha dejado de ser utilizada. Los coloridos relatos contados por nuestros abuelos se ven amenazados con el olvido y personajes de nuestra mitología se esfuman en la niñez que prefiere a los héroes fantásticos y de otros mundos que son presentados sobre todo en la televisión.

Cuántos de los niños y jóvenes de hoy seguramente no podrán describir y mucho menos tener miedo al ver imágenes de esos emblemáticos personajes de nuestra mitología.

Alta, despeinada, fea y seca. Dientes salidos, sucios. Tiene las uñas largas, un aspecto tenebroso y la piel arrugada y terrosa como una “tusa”. Sus ojos rojos y saltados se ven en la oscuridad. Asusta a los hombres por las noches a la orilla de los caminos o se aparece en los ríos lavando ropa. Con su cabello largo y despeinado oculta su rostro y engaña a las personas mostrándose como una mujer hermosa. Es la Siguanaba descrita por Miguel Ángel Espino en su libro Mitología de Cuscatlán.

Al igual que la Siguanaba, existen un gran número de personajes que forman parte de las leyendas salvadoreñas. Algunas aún se mantienen en los distintos rincones del país. El cuento de La Cangrejita y el Haragán, La Carreta Bruja, El Hombre con Gueguecho, El Cipitío, El Cadejo y El Justo Juez de la Noche son sólo algunos de ellos.

Nadie sabe cómo surgieron estas historias. Lo que sí es claro es que nacieron con una función social y cultural. “A finales del siglo XIX y principios del XX el Estado salvadoreño se interesó por rescatar lo vernáculo, lo indígena y lo popular para crear una mitología cuscatleca.

El objetivo era establecer un sentido de pertenencia y lograr cierta dominación ideológica y de clase. En el fondo se buscaba diferenciar a los salvadoreños de otros pueblos, pero a la vez arropando una forma de autoridad política particular”, explicó Chester Urbina, Historiador de la Escuela de Arte y Cultura de la Universidad Tecnológica (UTEC).

La creencia en estos personajes se mantiene a través de los tiempos. Estos seres llenaron de miedo los relatos de los ancianos. Ahora, las personas que poseen conocimiento de estas historias, y que las cuentan a las nuevas generaciones, son muy pocas.


A punto de desaparecer

Seres humanos que se convierten en monos, en cerdos, en toros; espíritus errantes que asustan a los caminantes nocturnos de nuestra campiña. Todo este conjunto de experiencias y creencias está actuante y presente entre ciertas gentes de los pueblos.

“Es una herencia que nos une con las culturas prehispánicas; es un tesoro de sabiduría”, comentó la Licda. Ana Graciela de Letona, miembro del Departamento de investigaciones de CONCULTURA. Para ella, es importante rescatar estas historias por la trascendencia que obtiene dentro de algunas comunidades y por su alcance ideológico, mítico y religioso.

Los medios de comunicación han demostrado ser “enemigos” naturales de las tradiciones y los elementos culturales, siendo implantadores de patrones de conducta de otras naciones. Pero el salvadoreño mismo ha tomado el papel de enemigo social con su actitud indiferente, cuando no despectiva, de todo lo que se relacione con costumbres y mitos del pasado, estiman los expertos.

Para los jóvenes esas historias sobre duendes como la Cuyáncua, la Descarnada y otros tantos seres más son solo historias ridículas de viejos y viejas. “Los muchachos ya no le toman interés a las historias contadas por los abuelos. Para ellos es algo que no tiene ningún valor. Se ven más atraídos por otras culturas y conocer lo nuestro no les parece nada atractivo”, señaló Delmy Villalobos, maestra de Lenguaje y Literatura de educación media.


Al rescate de los personajes míticos

Es un hombrecillo de buen vestir que persigue a las mujeres. Halaga a sus enamoradas con regalos y serenatas. Provoca que las mujeres adelgacen exageradamente. Para ahuyentarlo las mujeres deben comer en el inodoro, eso es algo que él no soporta… es el Duende.

La mitología cuscatleca incluye dioses, espíritus, personas, seres sobrenaturales y animales misteriosos. El Cadejo es uno de los más reconocidos. Este es un animal similar a un perro. Sus ojos parecen brasas y emite un silbido fino. Existe uno blanco y uno negro, que representan al bien y el mal respectivamente. Cuando el silbido se oye lejos es que está cerca y viceversa. Algunos afirman que los ha salvado de algún mal. Estas historias se encuentran en el libro Tradición Oral de El Salvador y fueron recopiladas por la sección de Etnografía del Departamento de Investigaciones de la Dirección de Patrimonio Cultural de CONCULTURA.

Para el Dr. Ramón Rivas, Antropólogo y Director del Museo de Antropología de la UTEC, los mitos y las leyendas son invenciones o creaciones sobre personas, animales o lugares que buscan decir algo. “Su función social se basa en decir o evitar decir algo. El mito se forma a través de la historia, cuenta algo de forma indirecta, deja pensando. La leyenda se centra en un hecho específico y lo hace de manera directa. Esa es la diferencia. Por lo demás, ambas tienen un trasfondo manipulador”, aclaró el Dr. Rivas.

En algunos lugares se cree en estas historias y se siguen contando. Nahuizalco es ejemplo de ello. Aún cuando muchos consideran las leyendas como inventos de viejos hay otros que les dan importancia. “En mi barrio había una señora que hacia brujería. Desde que murió sale una culebra con unos cuernos de oro, el que la ve se vuelve loco”, declaró Jesús Ortiz, residente de Nahuizalco.

Se investiga, pero faltan recursos para registrar la historia

CONCULTURA realizó investigaciones de campo hasta la década de los 80's para conocer cómo eran narradas las historias en las distintas zonas del país. El organismo cuenta con una serie de manuscritos que constituyen una memoria de estas narraciones. El problema para terminar este trabajo se basa en la falta de recurso humano. “Aparte de no contar con suficiente personal, no existe un trabajo coordinado entre la institución con centros educativos, universidades y casas de la cultura. El intento se sigue haciendo pero de modo muy separado, por localidades”, recalcó la Licda. Ana de Letona.

El no contar con una cultura homogénea dificulta en gran medida el rescate de estas narraciones. El sistema de educación debe jugar un papel clave para implementar el estudio de nuestra historia.

Para Israel Escobar Noyola, Historiador de la UTEC, es importante aprovechar la riqueza de estas historias ya que nos dan un panorama de la vida de ciertas épocas.

El Dr. Rivas considera urgente documentar estas narrativas de lo contrario serán transformadas. “La cultura se hace, nadie nace con cultura. Esta a la vez evoluciona y las historias no se quedan atrás; si no se hace algo desaparecerán”, concluyó.

Creencias guanacas Los salvadoreños conservan algunas creencias mágicas que le llevan a determinar la buena o mala suerte:
  • Cuando una mariposa negra se posa en una casa es porque un miembro de la familia morirá.
  • Cuando los perros aúllan es anuncio de una desgracia.
  • Tener la estatuilla de elefante y ponerla de espalda en la entrada de la casa trae buena suerte.
  • Las estatuillas de búhos traen buena suerte.
  • Ver perros copulando causa pispelos (orzuelos: pequeños tumores en los párpados).
  • El ruido de la leña cuando se quema anuncia la llegada de una visita.

Obtenido el 20 de enero de 2009 de: http://www.uca.edu.sv/virtual/comunica/archivo/abr202007/notas/nota26.htm

viernes, 9 de enero de 2009

El coyote y las hijas del tecolote




Mito pai pai

La familia de Don tecolote estaba compuesta por seis lindas niñas, que por ser hijas del sabio tecolote eran muy inteligentes y hábiles para volar muy alto. Después de leer los acostumbrados libros de ciencia, medicina y arte en la biblioteca de su padre el tecolote, las niñas esperaban inquietas el sonido de la chicharra de su padre que anunciaba la tarde para salir a jugar, cantar, bailar y por supuesto volar para distraerse de sus ocupaciones intelectuales.

Jugaban entre otras cosas a la víbora víbora de la mar, por aquí pueden pasar los de adelante vuelan mucho y los de atrás se quedarán, tras, tras, tras…. Por todos lados del bosque se escuchaban sus risas llenando de alegría a quien las escuchara, sobre todo llenaban de alegría al coyote, quien se había convertido en su mejor amigo. El coyote Pai se escondía silenciosamente entre las ramas para tomarlas por sorpresa y hacerles cosquillas en las costillas, en las axilas y en los pies. Después de hacer su clásica travesuras, el coyote Pai se escondía sin que pudieran atraparlo: ¡Haber quien me encuentra¡ Y se perdía entre la maleza. Era difícil dar con él porque era un experto en caminar sigilosamente entre la hierba, así que no podían atraparlo después de haberles hecho una broma.

Hasta que un día, las hijas del tecolote se pusieron de acuerdo para darle una lección. Salieron volando antes de lo acostumbrado de sus clases sin ser vistas por su padre y se fueron a esconder del coyote en el cielo haciéndose pasar por estrellas, colocándose velas encendidas en las pesuñas. Cuando llegó el coyote como todas las tardes, intentó atraparlas pero no había nadie en los lugares de siempre. Entonces, las niñas comenzaron a cantar una canción para molestar al coyote sin que pudiera encontrarlas. Las buscaba entre las ramas, los árboles, el nido y no lograba dar con ellas. Mientras merodeaba por aquí y por allá buscándolas, las niñas comenzaron a gritar: -¡Hey Pai, por acá¡ El coyote corría y se arrojaba a donde creía que estaban, pero nada.

Le seguían gritando las niñas risa tras risa, -¡Por acá, en este lado¡ ¡Ya casi nos encuentras¡- Y nada, no podía descubrir el secreto y cada vez se iba enojando más. Hasta que le gritaron: -¡ Acá arriba¡ Entonces el coyote volteó al cielo y pudo verlas. -¡Ah, ya las vi¡ ¡Qué bonitas se ven las hijas del tecolote¡ ¡Parecen constelaciones de estrellas¡-

El coyote Pai quería estar junto a ellas, le parecía maravillosa la idea de volar y ser parte del cielo. Así que comenzó a gritar: -¡Quiero ir con ustedes¡ ¡Yo también quiero ser una estrella¡-Las hijas del tecolote siguieron con su plan: -¡Claro, claro¡ ¡Vamos a enviarte una cuerda para que subas¡ Tomaron su cabello y entre todas tejieron una larga trenza, que parecía una enorme escalera que llevaba al cielo. La arrojaron al coyote para que subiera por ella y el coyote, en cuanto llegó al piso no perdió la oportunidad para subir con las muchachas. ¡Allá voy¡ Repetía el coyote Pai muy contento.

Subía y subía metros de cuerda para estar junto a las hijas del tecolote, ya que estaba a punto de llegar las muchachas cortaron la cuerda y el coyote cayo desde el precipicio hasta caer en la tierra: ¡Ayyyyy¡ En cuanto golpeo su cuerpo en el piso, comenzó a temblar desmembrándose todo. Partiéndose parte por parte hasta hacerse pedacitos, y finalmente hacerse polvo que el viento fue esparciendo por todos lados.

La abuela del coyote alcanzó a escuhar la voz de su nieto antes de caer, por lo que fue a ver lo que sucedía, al llegar al lugar los restos de su nieto estaban regados por todos lados.

Entonces se dio a la tarea de juntarlos y los puso en su delantal para llevarlos a su casa. Una vez en su casa, con el polvo hizo una harina y con la harina hizo panecitos que puso a cocinar en el horno. Después se sentó a llorar por su nietecito. Mientras lloraba, dios pensó en recompensar el amor de la abuela. Así que hizo que el polvo de la harina comenzara a brillar y a flotar mágicamente, saliéndose del horno, luego de la casa y fue esparciéndose por todas partes del mundo. Ahí donde caía el polvo nacía un coyote, y otro y otro más hasta poblarse toda la tierra de coyotes. Lo que hizo que la abuela se pusiera muy contenta al ver tantas manadas de coyotes.

Mientras tanto, dios hizo que las niñas no bajaran nunca más a la tierra y se quedaran en cielo convertidas en estrellas. Por eso se dice, que los tecolotes se la pasan contando las estrellas. Así me lo contaron a mi y así se los vine a decir. Colorin, colorado el cuento del coyote y las niñas del tecolote a terminado.

Obtenido el 9 de enero de 2009 de: http://209.85.173.132/search?q=cache:aKGwqEqpZpAJ:www.aulaintercultural.org/IMG/pdf/vocesnativas.pdf+mitos+y+leyendas+de+baja+california+sur&hl=es&ct=clnk&cd=130&gl=mx&client=firefox-a

La hechicera buena




Mito pai pai


En el comienzo del mundo, habitaban tres brujos con grandes poderes. Los cuales formaban parte de la misma familia: padre, madre e hija eran grandes hechiceros capaces de controlar la naturaleza con sus palabras mágicas. Todo lo que pidieran era posible sin importar lo que fuera sólo con mencionar el nombre.

Los brujos adultos, padre y madre dedicaban su magia a hacer el mal por medio de hechizos: ¡Muévase la tierra¡ Y con agitar suavemente su varita mágica comenzaba a temblar. ¡Desbórdense los ríos¡ y se inundaban los caminos, el agua se llevaba todo lo que estuviera a su paso incluyendo casas y gente. ¡Peste venir¡ Y aparecían enfermedades novedosas y extrañas.

Cuando estaban de buen humor, a las personas del pueblo les echaban el mal de ojo para que tuvieran mala suerte. Confundían el miedo con el respeto, por eso se hacían respetar a base de miedo, todos les tenían miedo incluyendo sus vecinos y amigos. La única que no les temía era su hija Mar; la bruja joven, quien tenía el cabello inmensamente largo de color azul y la piel teñida como la arena.

Mar se preguntaba: ¿Por qué hacen esto mis padres? ¿Nadie les ha hecho ningún daño? Sorprendida del mal que provocaban sus padres, fue a preguntarles: ¿Por qué usan la magia para hacer el mal, en lugar de hacer hechizos para el bien, curar y sanar personas? Su padre el brujo mayor le respondió molesto: -Tú no hagas preguntas, tú también dedica ¡tú magia a hacer el mal¡ Y se llenó de furia por la pregunta de su hija, por lo que hizo que se formara un huracán.

Enseguida fue con su madre y le hizo la misma pregunta: Mamá ¿Por què usas tu magia para hacer el mal? La madre se llenó de coraje y le contesto: Tú no te metas en lo que no te importa. Usa tu fuerza para hacer el mal sin mirar a quien. Y en cuanto termino de hablar con su hija, nombró un diluvio y comenzó a llover con gran fuerza.

En ese momento Mar se dio cuenta que sus padres no estaban dispuestos a cambiar, sin embargo, ella sabia que tenía el mismo poder que sus padres. También sabía que el secreto de la magia estaba en el amuleto del poder que estaba hecho de conchas marinas y coral, en el centro del collar estaba un ojo de borrego cimarrón que se movía cómo si tuviera vida. Perfectamente guardado en una canasta de junco, que era protegido celosamente por una serpiente venenosa.

Sin importar el riesgo que esta hazaña implicaba, Mar decidió despojar a sus padres del collar esa misma noche. Así que esperó a que estuvieran profundamente dormidos para acercarse a la canasta, después abrió la tapa cantando una canción de cuna pai pai para adormecer a la serpiente. La serpiente estaba aturdida por la hermosa melodía, así que Mar pudo tomar sin dificultad el collar mientras la serpiente se escapaba de la canasta arrastrándose por toda la habitación.

Una vez que tuvo el collar entre sus manos salió de la casa para no ser descubierta por sus padres, pero la serpiente despertó a los brujos con su cascabel. En cuanto vieron que la serpiente estaba fuera de la canasta cayeron en cuenta que se habían llevado el collar mágico, enseguida miraron las huellas en el piso y descubrieron que se trataba de su hija. Así que fueron siguiendo las huellas para dar con ella, pero lesfue difícil darle alcance por más rápido que avanzaban.

El brujo mayor, fastidiado de no darle alcance pensó en usar su magia. –Voy a llamar a la lluvia: ¡Venga la lluvia¡ ¡Venga Cui¡ Y trono el cielo y comenzó a llover con gran fuerza.- Pero…se dio cuenta que el agua borraba las huellas, no le quedó más remedio que detener la lluvia y llamar a la nieve: ¡Venga la nieve¡ ¡Venga Pak¡ Y nevó por todas partes, cubriéndose el valle y las montañas de una espesa nieve que les hacia más difícil el paso, ya que se hundían en la nieve. Desesperado por no poderla atrapar, la madre hechicera llamó al poderoso viento: ¡venga Kiub¡ Soplo cada vez más y más fuerte el viento, haciendo que la niña avanzara más lejos con la fuerza del viento que la hacia volar cómo si fuera un ave.

La pareja de brujos decidieron unir sus fuerzas para detener a su hija, crearon con su magia un arco y una flecha para detener a su hija. Apuntaron hacia la pantorrilla derecha donde la joven tenía un lunar grande y redondo, dispararon su arma y clavaron la flecha exactamente en el lunar. La joven, herida, cómo pudo comenzó a caminar hacia el mar hasta perderse entre las olas. La pareja de hechiceros intentó hacer lo mismo, pero en cuanto tocaron las aguas del mar sus cuerpos se fueron haciendo duros y pesados hasta quedar convertidos en piedras.

Dicen los Pai Pai que desde entonces el alma de la bruja buena protege a los niños y a los jóvenes para que no pasen ningún peligro. También dicen, que desde entonces al océano se le llamó mar y por eso los caracoles y los corales son de buena suerte.

Obtenido el 9 de enero de 2009 de: http://209.85.173.132/search?q=cache:aKGwqEqpZpAJ:www.aulaintercultural.org/IMG/pdf/vocesnativas.pdf+mitos+y+leyendas+de+baja+california+sur&hl=es&ct=clnk&cd=130&gl=mx&client=firefox-a

El dragón Xalkutaat




Mito pai pai

Hace mucho tiempo, durante la prehistoria; cuando el hombre todavía no aprendía a hablar, cuando el hombre aun no había descubierto el fuego y andaba de un lado para el otro de la tierra. El clan de los Pai Pai se detuvo sobre la planicie de Xakitubxool, que significa agua ruidosa. Xakitubxool era una planicie rodeada de grandes pinos y de las más variadas plantas para alimentarse por cientos de años. A cinco leguas de camino había un lago con una pequeña cascada donde los animales del lugar y los primeros hombres iban a beber.


Todo parecía pintado por la mano de dios para que esos antiguos hombres conocieran el paraíso, a no ser por Xalkutaat el monstruo con dientes de fuego. Quien devoraba a todo ser viviente que se atreviera a invadir su territorio, primeramente avanzaba rapidísimo sobre su presa escupiendo fuego, enseguida lo llevaba a su cueva para despedazarlo y finalmente devorarlo sin compasión. Los hombres más adiestrados para la caza de animales se habían animado para matarlo sin tener suerte, todos terminaban siendo devorados por el monstruo. También los hombres guerreros lo habían intentado, pero el miedo al fuego de la bestia los hacia paralizarse de miedo. Al pasar unos cuantos días, la población disminuía cada vez más hasta que apareció un niño de doce años de edad, hijo de un gran cazador que había perdido a sus padres y abuelos en la expedición por acabar con Xalkutaat.


Se trataba de Pies Ligeros, niño escurridizo y valiente que había decidido ir a enfrentar al monstruo, originalmente haciéndose acompañar por su amigos, quienes habían terminado regresando a sus casas en cuanto vieron las huellas de Xalkutaat en las orillas del lago.


Pies Ligeros continúo la travesía cargando sobre su espalda arco y flechas, caminando sin hacer ruido confundiéndose con las ramas del bosque, cómo su nombre lo indica con pies ligeros a cada paso. Confiaba en su gran velocidad para correr y en su tino con la flecha. Después de caminar unas horas por el prado se encontró con el lago y la cascada, bebió del agua del lago y se baño en la cascada para demostrar que no tenía miedo. Enseguida, caminó sigilosamente hasta la entrada de la cueva donde dormía Xalkutaat. El viento soplaba con gran fuerza, así que el mounstro no lo podía oler. Desde ahí pudo observar todos sus rasgos que lo llenaban de misterio, sus alas negras y enormes, sus ojos rojos y su gran lengua de fuego.


En cuanto estuvo a la distancia indicada para disparar preparó la flecha, la afilo con una roca, tenso su arco y apunto al pecho de Xalkutaat. Disparó su flecha clavándosela en las costillas, Xalkutaat pegaba unos enormes sonidos de dolor: ¡Grrrr….¡ Mientras se convertía en una auténtica bola de fuego y avanzaba rápidamente para devorar a quien lo había herido. El muchacho comenzó a correr a toda prisa, y cómo era muy veloz; avanzó una gran distancia. Cuando se sintió a salvo volteó para atrás y la bola de fuego seguía corriendo en dirección hacia donde estaba él.


Pies Ligeros volvió a correr aún más rápido para escapar de Xalkutaat en dirección hacia dónde se oculta el sol, más adelante volvió a mirar atrás y se dio cuenta que la nube de llamas seguía tras de él. Su huida duró todo el día, había corrido durante 24 horas corriendo hasta que llegó el siguiente día. Se detuvo de nuevo y se dio cuenta que Xalkutaat estaba a unos metros de distancia, sacando a todo lo largo su lengua de fuego hasta tocar su flecha, que la dejo encendida, pies ligeros tomó otra de sus flechas y a punto al centro de su boca. Estiro su arco y disparó con todas sus fuerzas llevando en la memoria a todos aquellos que Xalkutaat había devorado. Esta vez, la flecha había cruzado el cuello del monstruo dejando un enorme hoyo por donde salía fuego.


Xalkutaat comenzó a volar desesperado dando vueltas por todos lados hasta que las llamas fueron haciéndose cada vez más pequeña hasta perderse en el horizonte. En ese momento, Pies Ligeros tomó cómo un trofeo la flecha aun encendida que Xalkutaat había tocado con su lengua de fuego para ir a anunciar su triunfo. -¡Lo mate¡ ¡Lo mate¡ He matado al monstruo.


Pies Ligeros corrió sin parar hasta llegar con su tribu y les contó a los demás niños lo ocurrido. -Mate al monstruo, he matado al monstruo. Sino me creen vamos a la cueva-. Todos lo pobladores notaron tan convencido a pies ligeros que lo acompañaron hasta la cueva donde alguna vez habitó Xalkutaat, había en el interior de la cueva restos de huesos humanos, pies, manos, dedos; cabezas, y los cadáveres de las victimas. Esa misma noche hicieron una ceremonia en honor a ese niño valiente que los había librado para siempre de Xalkutaat y le había entregado el fuego a los hombres. Haspuk, haspuk., este cuento se acaba ya.


Obtenido el 9 de enero de 2009 de: http://209.85.173.132/search?q=cache:aKGwqEqpZpAJ:www.aulaintercultural.org/IMG/pdf/vocesnativas.pdf+mitos+y+leyendas+de+baja+california+sur&hl=es&ct=clnk&cd=130&gl=mx&client=firefox-a


Cómo llegaron las vaquitas al Golfo de California




Hace muchos años, en los pueblos del norte de México, algunos guerreros tenían secretos mágicos para cambiar de forma y saberlos utilizar les ayudaba en momentos difíciles.

En una tribu de California había un muchacho que tenía el don de volverse coyote y también animal de mar. Este joven, llamado Coyote de Agua, amaba a su a su gente por encima de todas las cosas; acostumbraba subir de noche a la montaña y desde ahí contemplar la luna iluminando los sueños de sus hermanos.

Un día, cuando jugaba entre las olas del mar, una noticia cruzó el cielo con la velocidad y el filo de una flecha: era la guerra. Avanzaba entre las montañas amenazando la vida de todos aquellos que encontraba a su paso.

Al volver a su aldea, los guerreros ya estaban preparándose para atacar mientras las mujeres y los niños se escondían en una cueva de la montaña. Cuando empezó la batalla, el sol se ocultó bajo un manto oscuro presagiando desdicha. Durante siete días con sus noches Coyote de Agua luchó sin descanso junto a sus hermanos, pero al final de la última noche sólo quedaba él. Entonces, con gran pesar, decidió huir.

Convertido en coyote corrió por caminos que sólo él conocía y subió a la montaña en donde mujeres y niños esperaban ansiosos. Luego, como un eco lejano, el rumor del llanto atravesaba los valles.Al amanecer, guiados por el joven guerrero, caminaban en silencio rumbo al mar en busca de un lugar donde su pueblo renaciera.

Al llegar a la costa, el muchacho se metió entre las olas y del fondo del mar tomó unas piedras azules. Cuando salió puso una bajo la lengua de cada mujer y de cada niño. Después, uno a uno se metieron al agua y se transformaron en animales parecidos a los delfines.

Coyote de Agua esperó un momento, no pudo evitar voltear a ver lo que dejaban atrás, luego se lanzó al agua, se unió a los de su pueblo y el mar guardó silencio.

Años después, se han visto unos pequeños animales solitarios y tímidos que, apenas se acerca una lancha, se ocultan. Son las vaquitas, sobre las que los pescadores han creado historias como ésta.



*Este mito no representa únicamente al estado de Baja California.

Fuente: CONAFE, Costal de versos y cuentos, México, 1996.

Obtenido el 9 de enero de 2009 de: http://www.elbalero.gob.mx/tralala/html/home.html

Meltí ?ipá jalá(u)


Meltí ?ipá jalá(u) es la divinidad creadora de la mitología kiliwa. Su nombre significa Coyote-gente-luna. Es una divinidad lunar y principio masculino, y entre otros animales, se encuentra asociado al topo.


Según los indígenas kiliwa (que habitan en el norte de Baja California, México), Meltí ?ipá jalá(u) llegó del sur al territorio de los kiliwa. En la cosmogonía de este pueblo, el sur está relacionado con la luz y el color amarillo. Se quitó la piel para con ella envolver la tierra, el agua, el viento y el fuego. Luego de arrancarse la piel separó la luz de la oscuridad (Meltí ?ipá jalá(u) era básicamente un ser luminoso, por ello, era amarillo como la región de la que provenía). Cuando la tierra fue separada del agua, la divinidad formó cuatro montañas, en cada una de cuyas cimas colocó un borrego cimarrón (que creó a partir de sus propias pantorrillas), para que sostuviera con sus cuernos el mundo.

Cada montaña estaba asociada con un color y un rumbo del universo. En cada una de ellas, Meltí ?ipá jalá(u) hizo una cuna para colocar en ellas a sus hijos. Con un poco de arcilla que llevó de la casa de su abuela (localizada en el sur), modeló un venado, un pez, una codorniz y un gato. colocó estos animales cada uno en una de las cunas de las montañas. El venado quedó en el sur, el pez en el oeste, la codorniz en el norte y el gato en el oeste. Puesto que los primeros hijos de Meltí ?ipá jalá(u) no se llevaron bien con los cimarrones, modeló otros animales que deberían ser el sustento de sus hijos (a los que se llama kuyak (sagrados)) y los cimarrones. En última instancia, los nuevos animales tampoco se pudieron llevar bien con los otros hijos. Según el mito kiliwa, quien resolvió las disputas entre los animales sagrados, los comunes y los borresgos cimarrones fue el topo, que con ayuda de la rata canguro solucionó la inestabilidad del mundo recién creado, cavando un gran túnel alrededor de la tierra contenida por la piel del dios, y levantando de esta manera un bordo que impide el desbordamiento de los mares.

El acto final en la creación del mundo según el mito kiliwa es la creación de los seres humanos por parte de Meltí ?ipá jalá(u). Con barro rojo traído del sur (de Její Chuwílo, identificado por los kiliwa con el actual emplazamiento de la colonia Francisco R. Serrano, en Baja California), el dios Coyote-gente-luna hizo cuatro muñecos que adquirieron vida luego de haber sido cocidos en una montaña por trece lunaciones. Acto seguido envió a cada uno de ellos a la montaña y cuna correspondiente. Los primeros hombres o padres desafiaron a su creador, y se ayuntaron con los animales sagrados. De esos ayuntamientos nacieron los cuatro clanes de los kiliwa, que tuvieron como tótem uno de los animales sagrados.

Cuando Meltí ?ipá jalá(u) se dio cuenta que los hombres eran mudos, les enseñó a hablar kiliwa. Luego de otros sucesos menores, el dios Coyote-gente-luna murió de cansancio. Pero como nadie celebró rituales funerarios en su honor (porque según el mito, ningún ser en la tierra los conocía), Meltí ?ipá jalá(u) capturó la oscuridad y dejó que el mundo viviera en la luz perpetua. Algunos animales persuadieron al dios de liberar la oscuridad, a cambio de realizar los ritos funerarios correspondientes. Así lo hicieron, y el Coyote-gente-luna pudo descansar en paz, ascendió al Umá'(i) ó wá (casa de los muertos) y se convirtió en la luna.

Referencias

  • Ochoa Zazueta, Jesús Ángel (1978): Los kiliwa: y el mundo se hizo así. Instituto Nacional Indigenista. México.

Obtenido el 9 de enero de 2009 de: http://es.wikipedia.org/wiki/Melt%C3%AD_%3Fip%C3%A1_jal%C3%A1(u)


jueves, 8 de enero de 2009

El volcán mágico




Al norte del Valle de San Quintín ubicado en el estado de Baja California, cuentan los antiguos pobladores del lugar que en tiempos muy remotos existía un toro que era diferente a otros por su bravura, el color dorado de sus cuernos y su rojizo pelaje.Este toro vivía en paz, hasta que un día unos cazadores lo empezaron a perseguir para lograr una cuantiosa recompensa que ofrecían por matarlo.El toro al sentirse acechado por los cazadores huyó para no ser atrapado metiéndose a un gran agujero de tal forma que no pudieron matarlo los cazadores.

Con el paso de los años a ese lugar conocido como el agujero de San Quintín fue tomando forma de un cerro que semejaba la forma de un toro. Un día los lugareños escucharon un gran estruendo parecido al bramido de un toro. El anciano más viejo del pueblo les recordó aquella creencia de que el toro se vengaría, la mayoría de los habitantes se burlaron de tal recordatorio. Sólo algunos oyentes se preocuparon pensando en que hacer para salir bien librados de tal venganza por lo que cada año iban a rezar para que el toro no se vengara de ellos.Una noche tremendamente obscura se escuchó de nuevo aquel estruendoso ruido que recordaba el bramido de un toro furioso, los lugareños salieron de sus casas despavoridos. Quedando impávidos al ver como salía fuego de aquel que creían que era un cerro.

La furia del volcán alcanzó a la mayoría de los incrédulos habitantes dejándolos sepultados junto con sus pertenencias, logrando salvarse aquellos ancianos y lugareños que nunca dudaron de la veracidad de las antiguas creencias.

Obtenido el 8 de enero de 2009 de: http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/publicaciones/publi_volcanes/Sanquintin.htm

MITOLOGÍA KILIWA



El mundo, según los kiliwa, es una bolsa de cuero roja, elaborado con piel de Meltí Ipa Jalá, un creador. Dentro de esta bolsa se encuentra todo lo que existe: el cielo, la tierra, los hombres, las estrellas, los animales, etc. El mundo está dividido básicamente en dos ámbitos: el que se contempla y disfruta, y el que es etéreo y misterioso. Estos ámbitos son parte de una misma realidad.

Meltí Ipa Jalá, el dios coyote, gente luna, es la deidad principal, el padre de todas las cosas y la personificación de la muerte. Donde reside se llama "La casa de la muerte". Cuando despertó Meltí Ipa Jalá se dio cuenta que el humo había hecho todos los senderos, las veredas, los caminos tanto de la tierra como del cielo, y por esto se puso muy contento. Meltí tuvo ganas de cantar, pero no tenía acompañamiento. Fue entonces cuando se quitó el escroto, la bolsa exterior de los testículos; tomándola entre sus manos con su boca hizo mff, mff, así, por tres veces consecutivas, sacando de sus pulmones un gran aire, hasta que infló aquella bolsa de cuero en tal forma que pudo meterse dentro de ella. Así Meltí tuvo su sonaja y cantó, cantó, cantó, y cantando y fumando creó el cielo.

El simbolismo que encierra el hecho de que el dios se introdujera en la bolsa de sus propios testículos se aclara un poco más en los siguientes versos de su historia:

El mundo cóncavo y desfondado,
hinchó su escroto y fue un guijarro
en donde todo era tintura
Ipa fumando puso la Tierra,
la tierra de los kolew.

De modo que se entiende que Meltí se introdujo en la bolsa de su escroto por que no había guijarros para hacer sonar la sonaja.

Cuando Ipáyumalcusal da muerte a Metailkwaipaib, le quitó el escroto y después de arrancarle el corazón, mete éste dentro de aquél. Así pudo tener una sonaja como Meltí Ipa Jalá. Final mente, para destacar esta clara vinculación e identificación entre cosmogonía y música entre los kiliwas, resulta ilustrativa la leyenda de Pokipa Ipai.

Mientras cantaba, Pokipa Ipai pensaba: "si ella tiene al niño pronto, yo le pondré nombre. Si es hombre se llamará Imaiautichay; pero si es mujercita entonces su nombre será Hecháritu". Así estuvo cantando, con tantas ganas que al final la mujer parió un niño. Entonces Pokipa Ipai dijo: "este es mi hijo".

Obtenido el 8 de enero de 2009 de: http://www.redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/publicaciones/publi_mexico/publikiliwa.htm

El precipicio que pedía alimento



Mito cucapá:

Rumbo al sur, había una isla; esta isla era muy rica y ambicionada por todos los paisanos. En la isla había guajolotes, había mucho venado, mucho borrego y hasta gallinas. No cualquiera podía ir a esa isla, se necesitaba que fueran indios verdaderos, los cucapás si podían ya que ellos eran verdaderos indios.

Para llegar a la isla no era fácil porque estaba separada de la costa por un barranco muy grande, era un barranco que tenía mucha agua; decían los viejos que el barranco era un precipicio que pedía alimento.

Los cucapá tenían siempre en sus morrales mucha semilla, semillas de distintas clases. Ellos eran muy cuidadosos; siempre llevaban semillas tostadas. Cuando ellos llegaban al barranco, metían la mano al morral y sacaban tres semillas de sandia, tres semillas de calabaza y tres semillas de maíz. Los indios eran muy inteligentes y como sabían que el barranco era un precipicio que quería mucha comida, echaban las semillas al barranco. Primero agarraron tres semillas de sandía y las echaron al barranco. Luego agarraron tres semillas de calabaza y las echaron al barranco. Finalmente agarraron tres semillas de maíz y las echaron al barranco.

El barranco porque era un precipicio que pedía comida se cerró, ahora el barranco era una vereda, un vado. Con la comida se terminó el abismo. Los indios verdaderos cruzaron el vado, pasaron sobre el barranco; luego, se fueron, se fueron, se fueron.

En la isla cazaron al guajolote, mataron al venado, mataron al borrego y mataron a la gallina. Ellos cargaron con todo a cuestas.

Ya no había abismo; se acabó. Los indios verdaderos pasaron para este lado. Así mi abuela lo dijo.

Tradición oral Cucapá. Versión de Juan García Aldama

Obtenido el 8 de enero de 2009 de: http://www.redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/publicaciones/publi_mexico/publicucapa.htm

Mitos y leyendas: temas y personajes



Tipos de mitos


  • Mito cosmogónico: por lo general, es el más importante de una cultura y cuenta cómo se dio el origen del mundo. Algunos pueblos, como los mayas, egipcios y australianos, han creado mitos que relatan que el mundo procede de la nada, que antes del mundo nada existía, ni luz, ni movimiento; en estos mitos se atribuye a dioses todopoderosos la creación del mundo. Otros mitos proponen que el mundo surgió de la ruptura de un huevo fecundado; este tipo de mitos son característicos de algunos pueblos de África y del Pacífico sur, así como de China y Japón.
  • Mitos escatológicos o que describen el fin del mundo: estos mitos relatan cómo un ser divino, creador del mundo, lo destruye, normalmente porque los hombres tienen comportamientos indeseables. Entre los judíos, cristianos y musulmanes se cree que el fin del mundo va a llegar y entonces cada persona será juzgada, a partir de lo cual eternamente gozará de dicha en el paraíso o sufrirá tormentos. En la mitología mexica los dioses crean y destruyen varios mundos antes de crear el actual, en el que habitamos los humanos. Una variante de estos mitos son los que hablan de origen de la muerte, los cuales sitúan la vida original como eterna hasta que es introducida la muerte, generalmente como castigo divino a los seres humanos.
  • Mitos de renacimiento: algunos mitos pretenden mostrar cómo se puede volver a nacer o cómo los humanos se transforman en otra categoría de seres una vez que han muerto.
  • Mitos de las creaciones culturales: éstos relatan cómo fue descubierta una herramienta o cómo se aprendió a realizar una actividad; por lo general se atribuye a un dios o a un héroe mítico el haberlo enseñado. Por ejemplo, los dogones, una comunidad africana, creen que un herrero robó semillas del granero de los dioses para dárselas a los seres humanos y de esta forma explican la agricultura.
  • Mitos de fundación: son los que narran cómo fue fundada una ciudad o civilización.

Temas y personajes frecuentes en los mitos

Los mitos hablan siempre de un acto de creación de la realidad o una parte de ella, atribuido dicho acto a la voluntad de seres divinos. Entre los temas más comunes relatados en los mitos están los siguientes:

  • Creación del mundo (incluso los mitos que hablan de la destrucción del mundo, se refieren a esa destrucción como el primer paso para crearlo de nuevo y en una mejor situación).
  • El origen de la humanidad, de un pueblo en particular o de distintos tipos de seres que son sucesivamente destruidos hasta llegar a los humanos.
  • Creación de una planta en particular, sobre todo cuando es la base de la alimentación del pueblo que creó el mito.
  • El origen de una institución o tecnología; por lo general, la que usa el pueblo creador del mito en sus prácticas productivas.
  • Diluvios u otras catástrofes que acaban con el mundo y la humanidad, o que dejan a salvo sólo a unos escogidos.
  • Una situación de caos antes de la creación del mundo.
  • En el inicio del mundo todo es bueno, la vida es larga o hasta eterna, no existen el hambre y la enfermedad. Ese estado original se pierde por un error, pecado o descuido de los seres humanos, generalmente por olvidarse de honrar a sus dioses.
  • Héroes que han logrado regresar de la muerte (renacer).

Entre los personajes que con más frecuencia se repiten en los mitos, encontramos los siguientes:

  • Uno o varios dioses creadores.
  • Un héroe mítico que roba a los dioses algo para regalarlo al pueblo (el fuego, una semilla, etcétera).
  • Seres del inframundo (también divinos), que luchan contra el dios o dioses creadores o amenazan a los seres humanos.

Personajes del mito


Personaje mitológico

Cultura a la que pertenece

Características principales

Zeus

Grecia

Dios de los cielos y el trueno. Regía a todas las demás divinidades en el Olimpo.

Minotauro

Grecia

Criatura con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Habitaba en el laberinto de Creta, una isla griega.

Quetzalcóatl

Azteca

Dios creador; su nombre significa “serpiente emplumada”.

Huitzilopochtli

Azteca

Dios guerrero. Encargado de luchar por la salida del Sol en los ciclos de 52 años.

Odín

Escandinava

Dios de los muertos heroicos. Regía a todas las divinidades nórdicas.

Surya

India

El Sol. Es representado con tres ojos y cuatro brazos. Se le atribuye la capacidad de curar a los enfermos.


Personajes de la leyenda


Personaje de leyenda

Cultura a la que pertenece

Características principales

La Llorona

Mexicana y chilena

Imagen fantasmal de una madre que lamenta la pérdida de sus hijos.

La mulata de Córdoba

Mexicana

Bruja que nunca envejece.

El Cuco

Latinoamericana y española

Ser de forma espantosa que causa gran pavor entre los niños.

Robachicos, hombre del saco (o la bolsa)

Mexicana, argentina, ecuatoriana, peruana, española y otras

Hombre vagabundo que posee un saco, del cual se sirve para raptar niños.


Fuentes:

  • Ángeles Calderón, Marisela Guadalupe y Francisco Rivero Reyna. Palabras sin frontera 1. Editorial Patria, México, 2006, p. 38.
  • Pastor, Blanca, et al., Español 1. Santillana, México, 2006, pp. 30-33.

La narración



Una narración es el relato de unos hechos reales o imaginarios que les suceden a unos personajes en un lugar. Cuando contamos algo que nos ha sucedido o que hemos soñado o cuando contamos un cuento, estamos haciendo una narración.

JUGANDO AL MOLINO (Elena Fortún "Celia en el mundo")

La otra mañana fui al parque con mi tío. A su lado se sentaron dos señoras muy gordas, con una niña y un chico.

La niña se puso a saltar a la comba mirándome; de tanto mirarme, siempre se equivocaba y no podía llegar a aquello de "cuartana, color de manzana...". Una vez dijo muy bajito:

-¿Quieres jugar conmigo?

Y yo lo oí y dije:

-Sí, sí. Jugaremos al molino.

Cogidas las manos, empezamos a dar vueltas... "El molino, lleno de agua, y la rueda, anda que anda, anda que anda...".

Hasta que se me fue la cabeza y me tuve que sentar en el suelo, ¡con una angustia en el estómago!...



Elementos de la narración
  • El narrador es la persona que cuenta la historia. Si cuentas lo que te ha sucedido, tú eres el narrador. En los cuentos, el narrador es el va contando lo que sucede y presentando a los personajes.
  • Los personajes son los seres a los que les ocurren los hechos que el narrador cuenta. Si cuentas lo que te ha pasado a ti, además de ser el narrador eres un personaje de la historia. Si cuentas lo que les ha pasado a tus padres, los personajes son ellos.
  • La acción son los hechos que se cuentan en el relato.


Partes de la narración
  • El marco es la parte donde se indica el lugar y el tiempo en que se desarrolla la acción; y se presenta a alguno de los personajes. Suele estar al principio del relato.
  • La historia o trama es el conjunto de los hechos que les ocurren a los personajes.

Partes de la trama
  • Acontecimiento inicial. Es el hecho que desencadena la historia y debe ser breve. Por ejemplo, una noche la luna deja de salir.
  • Reacción. Es la respuesta que el acontecimiento inicial provoca en algún personaje, normalmente el protagonista. Suele ser extensa. Por ejemplo, un grupo de amigos deciden ir a ver qué le ha pasado a la luna.
  • Acción. Son los hechos que viven y realizan los personajes. Constituyen el eje de la trama. Por ejemplo, las aventuras que viven los amigos en el espacio.
  • Solución. Es el desenlace final de la acción. Suele ser breve. Por ejemplo, liberan a la luna y todo vuelve a la normalidad.

Los personajes

Los personajes son los seres que aparecen en una historia. Pueden ser personas, animales e incluso objetos animados o inanimados. Cuando los personajes son seres inanimados se suelen comportar como si lo fueran y actúan y sienten como seres humanos.

Los personajes de una narración tienen una determinada personalidad: pueden ser generosos, avaros, miedosos, malvados, divertidos... Pueden ser igual durante toda la historia o cambiar a lo largo de ella.

Los personajes se dividen en principales y secundarios. Entre los personajes principales se encuentra el protagonista que es el que más destaca, el que lleva la parte más importante de la acción. En muchos relatos aparece también el antagonista, un personaje negativo, "el malo", que se enfrenta al protagonista.


El narrador

Es la persona que cuenta lo que pasa, presenta a los personajes y explica las reacciones de cada uno.

Cuando el narrador cuenta los hechos que les suceden a otras personas se expresa en tercera persona.

El muchacho obedeció cerrando la puerta con suavidad. Luego se acercó a la pared de libros y miró con precaución al otro lado. Allí estaba sentado, en un sillón de orejas de cuero desgastado, un hombre grueso y rechoncho.

Michel Ende

Si el narrador es también uno de los personajes de la historia y cuenta hechos en los que participa él mismo, se expresará en primera persona.

Mi trabajo era múltiple. Vendía accesorios en el mostrador, atendía la caja, cotejaba cada factura con la mercadería correspondiente y en los ratos libres, o en las horas extras, el gerente me llamaba para dictarme cartas que yo tomaba taquigráficamente, Ocho o nueve horas a ese ritmo me dejaban aturdido y fatigado.
Mario Benedetti


Cómo se construye una obra narrativa

Antes de narrar una historia, hay que planear cómo será el relato y cómo queremos contarlo. Hay que tener en cuenta algunos aspectos:

  • Hay que definir cuál será la acción que vamos a narrar y decidir qué personajes intervendrán. Hay que elegir unos personajes que tengan una personalidad, una forma de ser y obrar. Hay que pensar bien la relación entre los personajes. Pueden ser compañeros, rivales, muy amigos...
  • Hay que organizar la historia en partes: acontecimiento inicial o planteamiento, reacción - acción o nudo y solución o desenlace.
  • Hay que situar la acción en el espacio y en el tiempo. Es importante dar detalles concretos para que la historia parezca real e interesante.
  • Hay que precisar cómo se narrará la historia; cuál será la posición del narrador (primera o tercera persona) y que tiempo verbal predominará en la narración (presente o pasado).

Al escribir una historia es conveniente intercalar descripciones y diálogos en la narración. Las descripciones permiten contar detalladamente cómo son los personajes, los objetos, el ambiente... Los diálogos permiten conocer a los personajes a través de sus palabras y dan viveza a la narración.

Obtenido el 8 de enero de 2009 de: http://roble.pntic.mec.es/~msanto1/lengua/1narraci.htm#m1