miércoles, 9 de septiembre de 2009

La ambigüedad en la expresión



Hay muchas palabras que tienen más de un significado (polisemia) y también hay oraciones que se prestan a más de una interpretación. Cuando por el contexto no podemos determinar el significado de una palabra o de una oración, decimos que los signos se están usando con ambigüedad.

El juez Morris condenó a Umberto Peirce por estafar a su hermana Karol.

Mi hermano se enfadó conmigo al ver que el gato no estaba en el coche.

En el primer caso, la ambigüedad afecta a toda la oración, en el segundo, sólo a la palabra "gato".


EJERCICIOS

1.Explica cuándo dos palabras son sinónimas y busca un sinónimo para cada una de las siguientes:

insólito sutileza

inaudito diestro

compacto ofuscado



2. La palabra noble es polisémica, explica por qué y busca en el diccionario todos sus posibles significados.



3. En la oración "Aquí se venden hábitos para difuntos completos" hay ambigüedad; explica por qué y escribe tú otra oración ambigua.


4.Observa el siguiente diálogo y explica por qué tiene gracia:

-¿Sabes?, conozco a un tipo con una pata de palo que se llama Smith...

-¿Y la otra pata cómo se llama?


5. Este chiste basa su comicidad en la ambigüedad; disfrútalo y escribe tú otro:

Los exploradores se adentraron en la selva y siguieron avanzando durante un par de horas. Acabaron perdiéndose, pues Vanzando no conocía el camino.




Tomado de: Ambigüedad, en el sitio de Materiales de Lengua y Literatura. Ubicado en: http://www.materialesdelengua.org/LENGUA/lexico/ambiguedad/ambiguedad.htm. Consultado el 22 de septiembre de 2008.





Oraciones ambiguas


En la redacción de todo texto se debe cuidar que la exposición sea precisa y clara; la información relevante y suficiente, la estructura coherente, de manera que las palabras, frases u oraciones que se utilicen no tengan dos o más interpretaciones; si no se cumple con lo anterior, el texto puede prestarse a equívocos, esto es, ser ambiguo.


Las ambigüedades pueden darse por el uso inadecuado de la puntuación o por la incorrecta construcción de las oraciones.


En la siguiente oración, la puntuación no se ha usado correctamente (el punto y coma señalado en negritas):


Todos los estudiantes deben llenar una ficha de ingreso en la que anoten sus datos así como el nombre completo; de su padre o tutor, su domicilio completo y un teléfono, donde se les pueda localizar.


La oración corregida podría ser:


Todos los estudiantes deben llenar una ficha de ingreso en la que anoten sus datos, así como el nombre completo de su padre o tutor, su domicilio completo y un teléfono, donde se les pueda localizar.


En ésta otra, la ambigüedad también se resalta con negritas:


Llegar puntualmente a la escuela (…) no habrá retardos, sólo en casos especiales en que el alumno tenga que asistir a consultas médicas o por problemas familiares, el padre o tutor con su credencial podrá traer a su hijo(a).


La oración corregida podría ser:


Llegar puntualmente a la escuela (…) no habrá retardos, sólo en casos especiales en que el alumno tenga que asistir a consultas médicas o por problemas familiares, el padre o tutor podrá traer a su hijo(a). El alumno deberá portar su credencial escolar.


La ambigüedad representa un obstáculo para expresar con claridad las ideas. A veces, este problema se produce por el uso de términos demasiado generales o por un pronombre que podría referirse a cualquiera de dos o más palabras citadas. Por ejemplo, en la siguiente regla: “Cuando un alumno agreda físicamente a un compañero, su permanencia en la escuela será decidida por la dirección”, no queda claro si la dirección decidirá sobre la permanencia en la escuela del alumno agresor o del compañero agredido.


Para evitar el problema de ambigüedad, se recomienda:

  1. cuidar el uso apropiado de los pronombres posesivos y reflexivos (particularmente el pronombre su),
  2. colocar los complementos cerca de los núcleos respectivos.

Fuentes:

  • Lozano, Lucero, Español 1. Libris Editores, México, 2006, pp-14-15.
  • Praxedis Montes, Nieves y Elia Andrea Pimentel Carrasco, Español 1. Patria, México, 2006, p. 68.