lunes, 13 de octubre de 2008

Manifestaciones culturales asociadas a la muerte




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El concepto de la muerte y sus prácticas rituales fueron reinterpretadas en la conformación de la sociedad mestiza que hoy es México. Las costumbres nativas fueron enriquecidas con las importadas y viceversa. La convivencia de gente de distintos colores de piel, con sus diferentes sentires y quereres, todos sujetos a un esquema dominante de creencias, entretejió el enjambre de tradiciones que caracteriza a nuestra cultura popular.
Desde los tiempos coloniales, las costumbres de los grupos étnicos sujetos al dominio de los españoles fueron consideradas como transgresoras de las creencias cristianas. Las danzas, mitotes, jácaras, mojigangas de indios, negros, chinos y mestizos de todos los colores fueron perseguidas por la Inquisición. "... En un corrincho de hombres y mujeres, se cantó a dos voces y con risas de los concurrentes el verso siguiente:
/A San Miguel te pareces/
/en el ombligo/
/porque tienes debajo/
/al enemigo/
Su contenido de crítica política, sátira religiosa y erotismo atentaba contra las "buenas costumbres".
Eran las diversiones del populacho, que después de las albores diarias se reunía alrededor de fogatas para entonar coplas rimadas que hacían mofa de las autoridades, satirizaban las políticas oficiales, transmitían los acontecimientos del vecindario, los delitos en fin, los sucesos diarios. Entre una población analfabeta en su inmensa mayoría, era el medio más ágil para comunicar los eventos del interés popular. En todo el folklore mexicano están presentes las danzas acompañadas de coplas, de humorísticos duelos verbales hombres, entre dos hombres, entre un hombre y una mujer, un anciano y un joven o entre grupos musicales. De esta tradición popular salieron también las llamadas Calaveras versos rimados que se escriben para el Día de los Difuntos jugando con las palabras y los aconteceres haciendo pasar a los vivos por muertos. Epitafios satíricos hacen mofa de los acontecimientos y sus protagonistas: los políticos, las autoridades, los chismes del barrio o pueblo, el alza de precios, los servicios públicos, las catástrofes naturales, etc.
Los relatos de aparecidos y almas en pena que narran los mayores en estos días, es otra vieja tradición oral que viene transmitiéndose para mantener vivo en la memoria el retorno de los muertos a este mundo.
"Esto sucedió hace pocos años en una ciudad del interior del Estado. En la víspera del Día de muertos, María pidió permiso a sus padres para asistir con sus amigas a un baile de Halloween. Le concedieron el permiso pero le dijeron que, antiguamente, la gente no acostumbraba salir por las noches y menos asistir a los bailes en esos días, pues estas fiestas son una falta de respeto a las ánimas, que según se cree rondan la comunidad. María no tomó en serio estos comentarios y se fue al Halloween muy contenta. Allí conoció a un joven bien parecido, atento y caballeroso, pero con un aire de misterio que por la luz tenue y el sonido estridente de la música no logró descifrar. Los jóvenes bailaron y bailaron hasta el cansancio.

Pasada la medianoche, el muchacho le comentó que venía de un largo viaje e iba a partir, invitándola a acompañarlo . María se olvidó de todo y de todos, y aceptó la invitación. Pidieron un taxi y se dirigieron con rumbo al poniente de la ciudad, hasta llegar a una casona con muros y rejas grandes, donde el ruido y las risas indicaban que también había fiesta. Se bajaron y el misterioso jóven le pagó al chofer... Fue la última vez qe se vio a aquella feliz pareja.
Al día siguiente el taxista cayó en la cuenta de dos cosas: el dinero con que le pagaron eran billetes sin valor desde hacía mucho tiempo, y aquella casona era... el Cementerlo General.
Los refranes y dichos revelan con su sabiduría popular que a pesar de la muerte ineludible, la vida continúa:
Unos aluden a la valentía de los yucatecos ante la muerte, otros hablan de ella con ironía, con temeridad o con un sentido lúdico:
  • /El que por su gusto muere que lo entierren parado/
  • /Cuando entierren a mi suegra, que la entierren boca abajo para/
  • /cuando se quiera salir, se vaya más pa' abajo./
  • /El arrimado y el muerto a los tres día apestan./
  • /El muerto al pozo y el vivo al gozo./
Nuestros poetas y compositores también han visto en la muerte una fuente de inspiración. Luis Pérez Sabido tiene un poema llamado "A la Muerte", que comienza parafraseando a Elvia Rodríguez Cirerol (1941-1998):
Muerte trovera, jaranera muerte.
Muerte trovera, jaranera muerte, bulliciosa y romántica calaca, tu
esbeltez se perfila entre la suerte de botellas y golpes de alpargatas.
Muerte trovera, jaranera muerte, penetrante y sensual voz de
guitarras tu profundo cantar rítmico y fuerte tiene acordes de notas
descarnadas.
Muerte trovera, jaranera muerte, sólo así, de colores quiero verte
junto a mí en la hora convenida.
Muerte trovera, jaranera muerte, un día tomarás mi cuerpo inerte
para hacerlo gozar en la otra vida.

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Fragmento del documento Hanal Pixan: alimento de las ánimas, de Valerio Buenfil, Teresa Tamayo y Juan Carlos Rodríguez. Publicado en el sitio del Centro Regional Universitario de la Península de Yucatán, integrante del Sistema de Centros Regionales de la Universidad Autónoma Chapingo. Obtenido el 13 de octubre de 2008, de: www.crupy-uach.org.mx/descargar.php?p=aW1nL2lkZW50aWRhZC9kb2Mv&f=MTQ0 -