Alma Rosa de la Selva
FUENTE: Proceso
FECHA: 13 Diciembre 2010
Proceso, 13-12-2010
Uno de los tantos asuntos pendientes relacionados con el funcionamiento de la TV en el país, indispensable de ser atendido, en este caso por su impacto en la salud pública, es el de la abundante publicidad de “comida chatarra” dirigida a las audiencias infantiles.
Como se sabe, en los últimos años, la obesidad se ha convertido en un problema verdaderamente serio. Unos cuantos datos reflejan la grave situación nacional en la materia: de acuerdo con el Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, 40% de la población menor de 18 años registra daños en el metabolismo por el consumo excesivo de harinas, grasas, azúcares y sales que contienen los alimentos industrializados. En cuanto a los menores de cinco años el panorama es también delicado, pues 15 de cada 100 niños presentan ya afectaciones de esa naturaleza.
Si bien una medida importante para frenar el problema es regular la venta de tales productos en las escuelas –tarea la cual, aun cuando de forma insuficiente pues no se llegó a prohibir aquélla, ya ha asumido el Congreso, con una ley al respecto que entrará en vigor el año próximo–, el objetivo de detener lo que bien podría llamarse “epidemia de obesidad” entre infantes y adolescentes difícilmente será alcanzable de evadirse el terreno de la publicidad televisiva.
Y si no, que lo digan los números: de acuerdo con el estudio La publicidad de comida chatarra dirigida a la infancia en México, elaborado por la organización civil El Poder del Consumidor y presentado hace algunas semanas, actualmente la TV transmite por hora un promedio de 11.25 anuncios de ese tipo de productos durante la programación infantil, el cual se traduce a nada menos que a una cantidad de 12 mil “comerciales” de golosinas al año proyectados para los niños.
Los señalamientos para tomar cartas en este asunto no son recientes, proceden de hace muchos años y de ese modo han pasado a formar parte de los añejos rezagos del marco legal de los medios electrónicos en materia de regulación de la publicidad, y en cuanto a su ámbito de acción tampoco han sido resueltos por la Ley General de Salud. Esto aun cuando, en mayo de 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que los gobiernos deben hacerse responsables de regular la publicidad de “comida chatarra” para los pequeños.
Es indispensable que, en paralelo a la regulación de la publicidad en cuanto a los crecientes espacios que toma en la televisión comercial, se sume una política de protección al público televidente, en especial niños y adolescentes. Entre las muchas propuestas de reforma legal que se han registrado para atender el problema, cabe recuperar las que tienden a la obligación de los medios de promover en la programación infantil una cultura de prevención y cuidado de la salud, así como en términos de limitar los tiempos destinados a la publicidad en la TV. También se ha recomendado establecer la limitante de que se difunda publicidad sólo de productos alimenticios de alto valor energético (que cuenten con autorización expresa de las dependencias del sector salud), como también de productos engañosos.
Como se sabe, en los últimos años, la obesidad se ha convertido en un problema verdaderamente serio. Unos cuantos datos reflejan la grave situación nacional en la materia: de acuerdo con el Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, 40% de la población menor de 18 años registra daños en el metabolismo por el consumo excesivo de harinas, grasas, azúcares y sales que contienen los alimentos industrializados. En cuanto a los menores de cinco años el panorama es también delicado, pues 15 de cada 100 niños presentan ya afectaciones de esa naturaleza.
Si bien una medida importante para frenar el problema es regular la venta de tales productos en las escuelas –tarea la cual, aun cuando de forma insuficiente pues no se llegó a prohibir aquélla, ya ha asumido el Congreso, con una ley al respecto que entrará en vigor el año próximo–, el objetivo de detener lo que bien podría llamarse “epidemia de obesidad” entre infantes y adolescentes difícilmente será alcanzable de evadirse el terreno de la publicidad televisiva.
Y si no, que lo digan los números: de acuerdo con el estudio La publicidad de comida chatarra dirigida a la infancia en México, elaborado por la organización civil El Poder del Consumidor y presentado hace algunas semanas, actualmente la TV transmite por hora un promedio de 11.25 anuncios de ese tipo de productos durante la programación infantil, el cual se traduce a nada menos que a una cantidad de 12 mil “comerciales” de golosinas al año proyectados para los niños.
Los señalamientos para tomar cartas en este asunto no son recientes, proceden de hace muchos años y de ese modo han pasado a formar parte de los añejos rezagos del marco legal de los medios electrónicos en materia de regulación de la publicidad, y en cuanto a su ámbito de acción tampoco han sido resueltos por la Ley General de Salud. Esto aun cuando, en mayo de 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que los gobiernos deben hacerse responsables de regular la publicidad de “comida chatarra” para los pequeños.
Es indispensable que, en paralelo a la regulación de la publicidad en cuanto a los crecientes espacios que toma en la televisión comercial, se sume una política de protección al público televidente, en especial niños y adolescentes. Entre las muchas propuestas de reforma legal que se han registrado para atender el problema, cabe recuperar las que tienden a la obligación de los medios de promover en la programación infantil una cultura de prevención y cuidado de la salud, así como en términos de limitar los tiempos destinados a la publicidad en la TV. También se ha recomendado establecer la limitante de que se difunda publicidad sólo de productos alimenticios de alto valor energético (que cuenten con autorización expresa de las dependencias del sector salud), como también de productos engañosos.
Obtenido el 14 de diciembre de 2010 de: http://www.mediatelecom.org.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=7022&catid=12&Itemid=44